Como una especie de guía turística virtual, Evangelina Anderson acostumbra a mostrar los paisajes, las comidas, los protocolos, el sistema educativo e incluso las costumbres culturales de la ciudad de Múnich, lugar en el actualmente vive junto a sus hijos y a su marido, Martín Demichelis.
Si bien durante el año se hace algunas escapadas a España para disfrutar del calor, de la playa y de las amistades que forjó en Marbella, la exvedette se encuentra radicada en Alemania desde hace muchísimos años donde se instaló debido a los compromisos laborales de su esposo.
Activa en las redes sociales, donde ha encontrado una manera de sentirse más cerca de su gente y de Argentina, Eva volvió a sorprender a sus seguidores al mostrar en sus historias un particular e innovador sistema que implementan en aquel país a fin de promover la lectura.
Mientras paseaba por las calles de la ciudad alemana, y aprovechando el tiempo libre que tenía mientras sus hijos estaban en la escuela, Anderson se vio en la necesidad de compartir ese método. ¿De qué se trata? Tal como se ve en sus videos de instagram es una especie de mini cabina en color azul, vidriada y con libros en su interior.
“Miren este puestito que está en la calle. La gente viene y se agarra un libro. Elegís el libro que te gusta. Podés quedártelo, te lo regalan, o traerlo de vuelta. ¡Me encantó! Además, dice que están las 24 horas disponible, abierto y sin candado para que a cualquier hora vengas y te agarres el libro que quieras”, explicó la modelo.
Y agregó: “También podés dejar uno tuyo”. Sin dudas, es un buen método para promover la lectura y una manera de incentivar a los niños. Una vez más Anderson intenta retratar cómo es la cultura del país en el que vive y donde la sociedad se rige con otras reglas y educación.
Sin ir más lejos, fue la propia Evangelina quien semanas atrás mostró como es en el caso de los puntos de venta de diarios. Lejos de los que se ven en Argentina, son pequeños boxes donde cada uno pertenece a distintas editoriales y cada ciudadano abre la puertita, lo toma por su cuenta y lo paga.
“No hay nadie que lo venda, ni hay camaritas. Nada. Simplemente, los alemanes están educados desde chiquitos que si consumen algún servicio hay que pagarlo. A nadie se le pasa por la cabeza irse sin pagarlo, aunque nadie lo controle”, remarcó la modelo.
“La gente viene y se agarra un libro. Elegís el que te gusta. Podés quedártelo, te lo regalan, o traerlo de vuelta. ¡Me encantó! Están las 24 horas abierto y sin candado", detalló la modelo.