Quién está atrás de la máscara no lo sabe nadie, pero se conoce a la perfección las dos personas que están por delante del máximo escándalo que recuerde Telefe en mucho tiempo: Wanda Nara plantó las grabaciones del programa "estrella" del canal en el segundo semestre y provocó el furioso reclamo de Natalia Oreiro, conductora del ciclo, el enojo de la producción del envío y el ataque de ira de las máximas autoridades del canal. En apretada síntesis, se pudrió todo.
Yanina Latorre tuvo la información de primera mano: Mauro Icardi decidió aceptar la propuesta del Galatasaray de Turquía y Wanda debió viajar a ese país de un momento a otro en su condición de representante del futbolista, que estuvo cerca de quedarse sin club por lo menos hasta después del mundial de Qatar. Su intempestiva salida, según la panelista de LAM, hizo que Oreiro montara en cólera.
Según lo que se dice por estas horas, el insulto más suave que soltaron contra Wanda se escuchó a 10 cuadras a la redonda del cuartel central de Telefe. ¡El más liviano! Los demás podrían haber provocado un terremoto. Las grabaciones de la máscara tienen un costo muy alto para la emisora e involucran a un "ejercito de gente" que no incluye sólo a la conductora y a los "jurados" o "investigadores" sino también a los participantes y a los técnicos.
Todos estaban "odiados" con Wanda porque tuvieron que frenar las grabaciones de manera abrupta. "Es una falta de respeto, todos son trabajadores y tienen otros compromisos. Hay gente que priorizó este proyecto postergando otros, y ahora se encuentran con esto", se dijo también.
"Oreiro es una estrella internacional, la conocen y la quieren en todo el mundo. Y como si fuera poco, cuando acepta un trabajo lo hace al 101 por ciento. Se arremanga como la mejor y le pone todo a cualquier cosa que haga. Esta noticia para ella fue un baldazo de agua fría. Creánme que no lo puede entender y está que se la llevan los demonios", agregó Latorre.
Si bien encontró club, el paso de Icardi al Galatasaray de Turquía representa un significativo retroceso para su carrera futbolística. De la Sampdoria de Génova, donde conoció a Maxi López y por su intermedio a Wanda, pasó al Inter de Mián, uno de los clubes más poderosos de Italia y de Europa. Luego llegó al PSG para jugar una liga menor que la italiana pero dentro de un club super fuerte a todo nivel. Sin lugar al lado de Messi, Mbapée y Neymar, debió buscar nuevos destinos. Y lo encontró en Turquía, campeonato que no está por asomo ni entre los 4 más importantes del viejo continente (Inglaterra, España, Italia, Alemania), ni tampoco en los tres que vienen por abajo de esa primera línea (Portugal, Francia, Países Bajos). Galatasaray es uno de los tres grandes de Estambul, junto a Fenherbace y el Besiktas, con los que juega los clásicos del Bósforo. Icardi, en pleno declive.