Terremoto en el grupo Clarín: la inesperada salida de María Laura Santillán de Telenoche y de Canal 13 va camino a convertirse en el escándalo televisivo más grande del final de la temporada 2020. En las últimas horas, una fuerte carta publicada en las redes sociales por Vanesa Noble Herrera, una de las herederas del imperio que creó su fallecida suegra Ernestina Herrera de Noble, criticó fuertemente el despido de la periodista y además hizo temblar las estructuras del emporio de medios más grande de latinoamerica.
Vanesa Defranceschi Sadi está casada con Felipe Noble Herrera, uno de los hijos de Roberto Noble y Ernestina Herrera de Noble, los fundadores del diario Clarín. Tras la muerte de su esposo, Ernestina tomó las riendas del periódico y lo condujo a ser lo que es hoy: un enorme conglomerado de empresas que abarcan papel, radio, televisión, el mundo digital y el de los entretenimientos. Fallecida Ernestina, el timón gerencial del gigante e influyente multimedios quedó en manos de sus herederos.

Desde ese "alto lugar", cada palabra de Vanesa Noble Herrera tiene peso específico y no es dicha "porque sí". Más vale todo lo contrario. Encontrarla posteando semejante carta fue un bombazo al corazón del grupo, donde aún retumban sus frases y sus posturas.
La carta es extensísima, y en sus partes principales se solidariza con Santillán, a quien llama "querida María Laura", porque "lamento mucho la forma en la que desde el Grupo decidieron terminar el vínculo laboral. Ni a mi marido ni a mi nos identifica esta forma poco humana. Te vuelvo a pedir disculpas! Se te extraña mucho!".

Además, le agradece "todo lo que brindaste" y le manifiesta que "sos y serás un ícono de Canal 13". Para colmo, remarca que "Mi suegra Ernestina no hubiese permitido de ninguna manera lo que pasó. No era el modo" en lo que sonó a estiletazo directo para aquellos que decidieron la medida.
Pero eso no fue todo. Para Vanesa, "Falta humildad en el Grupo Clarín. o que se ha logrado se logró por todos y cada uno de los trabajadores. El que sabe sabe, y el que no sabe es jefe". Después de esa terrible "declaración de guerra" contra los mandos gerenciales de la empresa, advierte que "no me guardo nada".
En otro abierto desafío a las autoridades del Grupo, señala que "Digo lo que pienso. Vivo en democracia y con libertad de expresión. Y me hace muy bien" tras lo que vuelve a llamar a Santillán, que un día antes publicó una fuerte carta de despedida, como "querida María Laura" para desearle "todo el éxito para vos en la próxima etapa en el lugar que vos dispongas".
¡Qué lío!