El día de la primavera y la impactante novedad de que el barbijo dejará de ser obligatorio, dos muy buenas y esperadas noticias, quedaron en un tercer y lejanísimo plano durante el programa A la tarde: Diana Deglauy, panelista del ciclo especializada en política y actualidad, se trenzó en una furiosa y caliente pelea a gritos con Juan Dillon, un periodista que suele salir desde Francia para cubrir distintos eventos especiales. Hoy hablaba de Covid. Pero lo que arrancó como una nota amena terminó "infectada" por el "virus del enojo" y ni Karina Mazzocco pudo poner un poco de orden.
Dillon empezó sonriente y ameno prometiendo un paseo por las oscuras calles de París, pero a los 5 minutos estaba empantanado en una discusión infernal con Diana Deglauy, quien se mantuvo firme en su postura hasta que desistió de seguir el entrevero y para bajarle unos grados a la caldera que era la charla terminó gritándole "tenés razón en todo, Juan, tenés razón en todo". Pero no alcanzó.
La pelea giró en torno a temas vinculados con la ciencia y las investigaciones médicas vinculadas al coronavirus. La panelista, muy respetada por su precisión informativa, apoyaba la medida de abandonar la obligatoriedad del barbijo con el argumento de que "hace 16 semanas que en Argentina están bajando todos los números vinculados al Covid. Las internaciones, los contagios, los fallecimientos, todos".
Pero Dillon no estuvo de acuerdo y advirtió, primero con calma pero luego en forma enérgica, que la decisión le parecía apresurada ya que las autoridades de salud no dan a conocer porcentajes de estudios "genomáticos" y no tienen en cuenta el riesgo que representa la temida variante Delta. La muchacha no coincidió con él, y ahí se armó el gran despiole.
Mujer de conocimientos y convicciones firmes y fuertes, y también de carácter temperamental, Deglauy no se achicó ante el creciente fervor que Dillon le ponía a sus intervenciones. Y si bien le dijo que lo respetaba y lo consideraba un muy buen periodista, el joven radicado en Europa agarró valor y empezó a los gritos "¡Dame el dato, dame el dato, dame el datooooo!", lo que convirtió al estudio en una especie de ring. Verbal, por supuesto.
Deglauy pretendió responder dos o tres veces pero ante cada palabra suya sobrevino el grito de Dillon, siempre en el mismo tono y pidiendo que "diera el dato", ya que la acusaba de no tenerlo. Ni siquiera cuando ella le dijo que tenía razón él se calmó, lo que obligó a que interviniera Karina Mazzocco. Recién al cuarto o quinto grito la conductora pudo lograr que "bajara un cambio". Después, Dillon pidió disculpas pero Diana le advirtió que la próxima la dejara completar su idea.
