Si bien el primo y gran compañero de Marcelo Tinelli saltó a la fama y popularidad tras su paso por el Bailando, lo cierto es que El Tirri tiene una basta carrera artística que va desde la música hasta su faceta de productor de grandes figuras.
Pero detrás de esa vida cargada de giras, fiestas, viajes por el mundo y rodearse de celebridades se esconde un duro pasado. Y fue el propio integrante del jurado de Canta Conmigo Ahora quien, durante una entrevista exclusiva con Teleshow, recordó el momento en el que tocó fondo.
Si bien en alguna que otra oportunidad Luciano Giugno, más conocido como El Tirri, se refirió a su adicción al alcohol, en esta oportunidad profundizó y brindó detalles de la dura lucha que emprendió para salir adelante. “Yo me consideraba que era un tipo que tomaba mucho”, comenzó.
“Ni porro, ni pastillas, ni merca… ¡Nada! Abusé del alcohol, en definitiva, la droga legal. Chupaba demasiado hasta que pude darme cuenta de que si no frenaba la situación, chau… Y supe pegar el volantazo a tiempo. Ahí, justo. Muy justo”, continuó el gran compañero de Tinelli tras su separación de Guillermina Valdés.
“Fue en 2012. Como productor había llevado a Charly García y a Fito Páez a cantar a Bogotá, Colombia. Un gran suceso. Todo sold out. Reventado. Una locura… Y no me acuerdo de nada. La última imagen que tengo es la de estar pasando por El museo del Vodka y llevar dos botellas hasta el hotel. Eso fue un día viernes”, relató sobre el momento que lo llevó a poner un freno.
"No me acuerdo nada. Me acosté un viernes y desperté un domingo desnudo, con notas pintadas en mis uñas. Mi problema fue no asumir que no era el padre que vi", compartió el Tirri.
Y siguió: “Me desperté el domingo, desnudo, con notas musicales pintadas en mis uñas y el sonido de las constantes llamadas de Mimi a través del Skype. No entendía qué había pasado. Nunca vi el show. Ni siquiera me enteré de que Charly había sido asistido de urgencia por un pico de presión. Fue un golpe psicológico, sentí que el sistema nervioso, el alma o lo que haya sido se desprendía de mi”.
“Pero físicamente estaba bien, es por eso que cuando supliqué que me internaran todos me decían: ´¡Pero si estás bárbaro! Solo rogaba llegar vivo a Buenos Aires. Y al llegar al aeropuerto de Bogotá vi una capilla divina, entré, me arrodillé y dije: ‘Jesús, te prometo que si paso de esta no tomo más’”, amplió el Tirri quien en ese entonces recurrió a ayuda de una terapeuta especialista en adicciones.
“El próximo 23 de octubre voy a cumplir 10 años sin tomar una sola gota de alcohol. Puedo recibir gente y hasta preparar tragos. Yo no lo extraño ni me importa, pero lo respeto y estoy consciente de que la lucha que desaté aquella vez es día a día”, sumó el artista al tiempo que con brillo en los ojos reconoció: “Parte del problema mío, por el cual tomaba, era no poder asumir que no fui el padre que vi en casa. Duro, pero es verdad”.
