Acorralado por la avalancha de denuncias y acusaciones de todo tipo que cayeron sobre su figura en las últimas semanas, Antonio Laje ensayó una defensa frente a cámaras. Titubeante, demacrado y no con aquella voz potente que lo caracteriza a la hora de brindar las noticias del día, el conductor se defendió y negó ser un maltratador, al contrario aseguró que lo suyo es "exigencia".
Días después, un grupo de personas que trabajaron y trataron con él en la redacción de América hicieron una protesta en su contra y pegaron carteles con la siguiente frase: "No es exigencia, es maltrato".
Ante las repercusiones que generaron las imágenes que se viralizaron en las redes sociales, Laje decidió comunicarse con su equipo de trabajo y les envió un llamativo mensaje. En cuestión de horas, se hizo público ya que Ángel de Brito lo compartió en su cuenta de Twitter.
"Sé que no es este el lugar ni la forma. Después lo haré personalmente. Sólo quería decirles que sé por lo que pasaron estos días y que les agradezco desde el alma el haber bancado. No fue fácil para nadie este último tiempo y creo que fue por demás injusto en cómo se dio", comenzó el comunicador.
"A partir de mañana vamos a empezar a pensar el mejor BDA(Buenos Días América) que hayamos hecho hasta ahora para demostrarles a todos los que quieren ver destruido nuestro programa que no lo van a conseguir. Gracias desde el corazón", concluyó en modo víctima.
Cabe recordar que la vida de Laje cambió por completo cuando se combinaron dos factores. La inesperada salida de María Belén Ludueña a la co conducción del noticiero y un tuit de Ángel de Brito asegurando que Antonio ejerce maltrato laboral, pero que tiene detrás gente con poder que lo sigue dejando en su puesto.
