“Recen por él”. Una frase de apenas tres palabras que generó una inusual movilización en el ámbito informativo y también una marcada preocupación en el pueblo futbolero que admira a Diego Armando Maradona. La escribió Gianinna, una de las dos hijas que el ex astro mundial tuvo con Claudia Villafañe.
El pedido, casi una súplica realizada por las redes sociales, edificó un escenario de incertidumbre en torno al verdadero estado de salud del actual DT de Gimnasia y Esgrima La Plata, quien, al tanto de lo que estaba pasando, a las pocas horas tuvo que salir a aclarar que de ninguna manera “me estoy por morir”.
Pero obviamente, tratándose del Diez y teniendo en cuenta las insalvables diferencias que lo distancian de Gianinna y su entorno –su hermana Dalma y la propia Claudia-, resultaba previsible que el entrenador sorprendiera con alguna declaración con perfume a pase de factura. “Se preocupan por lo que uno va a dejar… Pero no les voy a dejar nada”, disparó el ex campeón del mundo con la selección argentina en 1986, anunciando, por primera vez, que las “desheredará”.
Herida, la ex del Kun Agüero fue por todo. Y mientras su mamá amenazó con difundir un video comprometedor de Diego, le contó a Angel De Brito las razones que la llevaron a pedir, a modo de ruego, que “recen por él”. Según detalló el periodista de LAM, “Gianinna llegó a las 2 de la madrugada el día del cumpleaños de Diego y lo encontró en un estado lamentable. Hay grabaciones de toda esa situación que prueban lo que ella adelantó. Lo vio de una manera que ninguna hija quiere ver a su padre”.
Después, de Brito confirmó lo que Gianinna había anticipado previamente: “Maradona se estaba ahogando con su propio vómito y ella decidió filmarlo. Estaba ahí el padrastro de Rocío Oliva, quien le dijo que a Diego esas cosas le suceden con frecuencia y que no había motivos para preocuparse”. Sin embargo, de acuerdo a lo informado por De Brito, lo que más angustia a Gianinna y Dalma es que “nadie le controla la medicación a Maradona. Se la dan, él la toma pero no hay un médico de cabecera que chequee su estado periódicamente. Ni siquiera ven tan grave que la mezcle con alcohol. Ven grave que no tenga un control”.
De ahí, entonces, el “recen por él” que tanto revuelo armó y que, por supuesto, no hizo más que tirar sal sobre las heridas que dividen a un clan con muchísimos millones en juego.
