Facundo Arana: “El mejor programa es estar con mis cachorros atendiendo los problemas de la vida” – Revista Paparazzi

Facundo Arana: “El mejor programa es estar con mis cachorros atendiendo los problemas de la vida”

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Después de su regreso a la ficción, Facundo Arana (47) disfruta de un breve descanso antes de debutar, por primera vez, en Carlos Paz, donde protagonizará la obra En el aire. Papá de tres hijos –Yaco, India y Mora–, el integrante de Pequeña Victoria (en la segunda noche de Telefe) hace un repaso por sus momentos más difíciles, de los años de relación que lleva con su esposa, María Susini, y de la metodología de vida que aplica con sus herederos.

“La temporada que va a comenzar me tiene muy feliz. Había hecho teatro en Buenos Aires, de gira por todo el interior del país e incluso estuve en Carlos Paz. Pero jamás hice temporada allí. Estoy lleno de ganas, y encima voy con En el aire, que es la obra que más me gusta en el mundo. Sé que quienes tengan la posibilidad de verla van a amarla”, afirma.

–¿Cómo imaginás que será este verano, en un lugar que no estás habituado a visitar?
–Me llevo a toda la familia a una casa preciosa que alquilamos en las sierras. Allá hay de todo para hacer y llevo hasta la lancha… Así que si alguien tiene ganas, lo sacamos a hacer wakesurf. Estoy feliz de que, también, termino un año extraordinario con Pequeña Victoria, una ficción que me llenó de orgullo y de buenos compañeros con los que tuve el lujo de trabajar.

–En la novela tuviste escenas de contenido amoroso con Mariana Genesio Peña, de las que se habló mucho. ¿Charlaste con los guionistas previamente a aceptar la propuesta? ¿Sentiste que era el momento de contar algo diferente?
–Hablamos mucho con Erika Halvorsen y Daniel Burman respecto de la historia que íbamos a contar. Pero la realidad es que no había demasiado que charlar. Fue un gusto que me convocaran y me sentí muy a gusto con Mariana. La única condición que puse fue que le preguntaran a ella si quería que yo fuese su pareja en esta ficción. Si ella aceptaba, yo lo hacía sin problema. Creo que es una historia de amor, nada menos, nada más. Esta es eso mismo. Una historia de amor que tuve el gusto de contar y que fue parte de un conjunto de historias buenísimas. Estoy muy contento de haber participado. Insisto, me interesó que se cuente como una historia más.

–Que no es poco…
–A mí me convocaron para este personaje no por quien soy en las novelas sino por quien soy en la vida. Y es lo que me puso más contento. Con dulzura, amor y respeto como se cuenta esta historia nunca podríamos haber estado incómodos. Fue como contar un paseo por el parque.

–¿Cuál fue tu victoria más grande?
–Gracias a Dios tuve muchas batallas: mi primera victoria es estar vivo (en su adolescencia superó un tumor, enfermedad de Hodgkin, que puso en jaque su salud). Y mi victoria más importante es haber encontrado con quién compartir mi vida y las criaturas que tuve.

–Entonces, el balance en lo que va de la vida es positivo, ¿no?
–Yo hice lo que tenía que hacer y me siento feliz. La misión está cumplida, y no sabés cuánto.

–En un tiempito tus hijos van a entrar en la adolescencia, ¿cómo imaginás que será esa etapa?
–No hay ola en el mundo que yo pueda correr, programa en el mundo que pueda irme a hacer ni montaña que pueda escalar, con el mejor clima, que pueda mejorar lo que pasó en mi vida. Sin duda, el mejor programa es estar con mis cachorros atendiendo los gravísimos, enormes y bellísimos problemas que plantea la vida. No lo puedo explicar con palabras…

–¿Entonces, miedos no hay?
–Ya tendré tiempo para tener miedo. Mis viejos, en su momento, me dieron todo lo que necesitaba para poder transitar ese camino. Y ahora tengo la tranquilidad de saber que nosotros, María y yo, como padres, a nuestros cachorros les dimos todo lo que creemos que necesitan para poder vivir su etapa. Imagino que esa etapa, como papá, la voy a vivir acompañando en lo que pueda y siempre voy a tener la parrilla caliente para que ellos vengan con su descubrimiento de la vida.

–Hace más de una década que estás en pareja con María, algo que parecería no ser tan frecuente en las parejas.
–Nos conocimos en abril de 2007. La vi y supe que era ella. Me la presentaron en un asado. Llegó con una mano lastimada, llena de astillas, y me volví loco. No me cuesta la pasión porque todos los días me levanto al lado de un bombón como María. Sin embargo, las discusiones son lindas, hacen a la pareja, ayudan a crecer. No importa cómo entraste sino cómo salís. No nos distraemos con cosas que no tienen solución. Nuestro proyecto es la familia. Además, trabajamos de lo que nos apasiona (Susini sigue su camino en el mundo de la moda). Estamos hechos. Sé que no es algo frecuente, por eso lo valoro mucho.

Pasado de lucha, presente perfecto...

“No pasan demasiados años hasta que uno se da cuenta de cómo quiere vivir sus días en la tierra. En el momento en que te mueres nadie te va a acompañar al cajón. Ni siquiera vas a estar con ropa y vas a estar en el fondo de la tierra donde te vas a despojar de hasta la carne de tu cuerpo. Entonces, uno tiene que elegir cómo vivir esta vida. Y yo quiero vivirla con pasión, con ganas. Y si alguien quiere ponerse enfrente o decirme que yo no debo vivir así, lo invito a que pruebe. ¿Que cuál es el lugar más lindo que conocí en los viajes que hice? El lugar más lindo es la sensación. Es la sensación de que cuando estás en un lugar muy bello sabés que tenés a dónde volver. Y que el lugar más lindo es tu casa, donde están tus chicos, tu mujer o tu compañero… ese es el lugar más lindo del mundo”, reflexionó el también músico, a corazón abierto.

Cuando era adolescente, Facu se enfrentó a una de las realidades más duras que puede atravesar alguien. Un tumor (conocido como enfermedad de Hodgkin) puso en jaque su salud y lo enfrentó con los miedos imposibles de evitar y con valentía admirable.

“En su momento, la caída del pelo era un tema en casa. Son momentos en los que te estás aferrando a la vida y no querés que se vaya nada. Porque cada cosa que se va es una menos que te queda. Yo estaba muy preocupado… Tuve miedo, lo que pasa es que no te terminás de dar cuenta. Sin embargo, siempre digo que yo fui el gran ganador al tener el linfoma. A mí me fue muy bien con el tratamiento. Mi cuerpo me respondió bien, mi vieja me llevó volando al médico. Tengo tres hermanas mujeres, a mi vieja, en esa época a mi viejo, mis amigos, mi gente. No sé si hubiera podido sobrevivir si mi hermana tenía un linfoma, me hubiera muerto”, reconoció, en forma introspectiva, sobre su pasado.

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