Hipnotizante. Con todas las luces que emana su talento, Fátima Flórez encandiló a todo el mundo con su interpretación de Carmen Barbieri, en la pista del Cantando. En ese reemplazo de la actriz, durante la gala de cuarteto, la descosió y generó la expectativa del público para seguir disfrutandola.
Ante la confirmación de la baja temporaria de la madre de Fede Bal se especuló que continuaría la humorista, pero la producción del reality sorprendió con el llamado a Luisa Albinoni. Así se construyó el campo de especulaciones, en busca del verdadero motivo de su ausencia.
Por eso en Intrusos fueron en busca de la fuente y entrevistaron a Fátima para dilucidar si existió algún problema, alguna trama. No obstante, la blonda ratificó en reiteradas ocasiones que el arreglo con la producción fue por una gala, que nunca pidió ser jurado del certamen y que tampoco pidió un cachet abultado, que eran algunas de las posibilidades.
"Se me exige mucho más que otros hombres que hacen lo mismo que yo, que no lo hacen tan bien", opinó Fátima.
Dentro de una charla extensa, muy interesante, desde el interior de su hogar, Florez sí se detuvo en esbozar una crítica respecto a las dificultades que experimenta para conseguir más espacio en el medio.
Ante la consulta de Jorge Rial sobre si se siente con poco lugar o algo ninguneada, la humorista soltó: “Soy una remadora, batalladora. Sí a veces siento que se me castiga por ser mujer, en un medio tan machista. Se me exige mucho más que otros hombres que hacen lo mismo que yo, que no lo hacen tan bien, y yo digo si llego a hacer algo así me matan”.
"Siempre me buscan el pelo al huevo. ¿Qué más quieren? ¿Que done un órgano?", exclamó Flórez.
En ese camino, la excelsa artista profundizó: “No me victimizo, pero si soy una mujer sensible. Uno rema y rema y parece que siempre se me busca el pelo al huevo, a ver por dónde me pueden joder. ¿Qué más quieren? ¿Que done un órgano?”.
El conductor de Intrusos volvió a consultarle si percibe de donde surgirá esas trabas, si tal vez por no tener padrinos artísticos. Ahí, Fátima razonó: “No logro entender todavía. Trabajo mucho, no me duermo en ningún laurel. Siempre estoy autoexigiéndome, por ahí el hecho de no tener padrinos artísticos o no tener influencias. Me hice de abajo, remando y pensé que en algún momento podría respirar, pero no, siempre debo estar arriba de la bici”.
