El amor se desvaneció, al menos transmutó en otro tipo de sentimiento y estimuló la compleja decisión de tomar caminos opuestos a Fernanda Vives y Sebastián Cobelli. La dificultades tiñeron el desenvolvimiento de la pareja y optaron por separarse tras once años de relación.
La vedette reconoció públicamente que la crisis evolucionó hasta el punto de culminar la historia que construyeron juntos durante un extenso periodo de tiempo y que todavía comparten la misma vivienda, aunque afinan la mecánica para definir la situación marital.
En todo ese contexto de angustia, y tras admitir que encontró unos chats de su marido comprometedores con otra mujer, la mayor preocupación en el presente se vincula con las consecuencias del divorcio en su hija de diez años, quien padece emocionalmente esta ruptura.
En un diálogo con el ciclo radial de Daniel Rinaldi y Mariana Brey, Fernanda reveló la problemática de su pequeña: “Brisa la está pasando mal porque en el colegio nunca falta el comentario de algún compañerito que va y le dice: ‘Tu papá tiene otra novia’, no sé de dónde sacan eso los chicos, seguro lo escuchan en sus casas y lo reproducen en la escuela sin medir el daño y el dolor que provocan”.
Las circunstancias de una crisis matrimonial incidieron hasta en la salud de la niña, por eso Vives narró un episodio que la sumió en una profunda tristeza. “Tuvo 39 grados de fiebre, después de que la revisaron y no le encontraron nada, la doctora me preguntó si en nuestra casa estábamos atravesando por alguna situación difícil”, contó.
En la continuidad de ese relato, de lo que detectó la médica, Fernanda añadió: “Ella me dijo que la nena manifestaba mucho estrés; casi me morí porque se ve estaba absorbiendo todo lo que nos pasaba a nosotros”.