Todos los días se conocen nuevos y escabrosos detalles sobre la muerte de Diego Maradona. Mientras la Justicia avanza, con la mayor celeridad posible, su entorno no hace más que filtrar material en lo que parece ser el leit motiv “sálvese quien pueda”.
A poco más de cuatro meses de su muerte, aún aparece información desconocida que complica cada vez más al cuerpo médico que asistía al futbolista. A principios de marzo se filtraron polémicos audios en los que Leopoldo Luque, Matías Morla, su cuñado Maximiliano Pomargo y el kinesiólogo Nicolás Taffarel dialogaban sobre su consumo de pastillas y alcohol.
"Decime que, aunque sea puede hablar, boludo... ¿Puede hablar o no?", dice Leopoldo Luque. El kinesiólogo le responde: "¿Sabés cómo se fue? No podía ni caminar, un papelón. ¿Sabes que la cagada se la manda Matías (Morla), Leo? En confianza. Lo fue a despertar a las 9 de la mañana, él con Víctor entraron a la pieza y lo quisieron despertar porque era el cumpleaños y se la re mandaron".
El neurocirujano les reclama por lo que hicieron: "Qué boludos que son, cómo le van a alterar el sueño así". Taffarel le retruca: "Una bronca, la cara desencajada, perdido. Para colmo fue Gianinna y otra vez lo vio mal, la mina se largó a llorar, un desastre. Matías vino, lo puso de put#s a las 9 de la mañana, ¿por qué lo despertás? (...) Es un pelotudo. Va a ser un papelón, si te dice dos palabras coherentes, olvidate, es la gloria".
Pero la polémica no sólo está en los tratamientos médicos que le daban a Diego Maradona. En Los ángeles de la mañana (eltrece), Pía Shaw reveló que en una de esas charlas de WhatsApp que llegaron hasta la Justicia se escucha el despectivo apodo con el que Leopoldo Luque llamaba a Dalma y Gianinna Maradona.
Según sostuvo la panelista de eltrece el neurocirujano las llamaba “las hijas de la Cenicienta”. Pese a que Pía Shaw no quiso entrar en detalles todo apuntaría a que con el apodo hacían referencia a que la Cenicienta era el propio Diego.