Tantas veces se dijo y se escribió que "Diego Armando Maradona dejó el corazón en la cancha" que a mucha gente no le llamó la atención el dato que dieron a conocer la semana pasada: que el cuerpo de quien fuera el mejor jugador de todos los tiempos está enterrado sin tres órganos, uno de ellos el cuore. La leyenda parecía confirmarse, entonces: el Pelusa lo había entregado todo mientras iba dribleando rivales, soportando patadones y vulnerando arcos ajenos.
Pero no. La realidad, como siempre, es otra. Más fría y más concreta, despojada dSegúine cualquier sentimiento y desprovista de melancolías. El dato, certero y definitivo, no le pondrá la piel de pollo a nadie pero por lo menos arrojará un poco de luz a una duda que había quedado y que había provocado cierto escozor en la enorme legión de seguidores del Pelusa. El corazón de Diego está en una dependencia oficial.
La noticia de que al cuerpo de Maradona le faltaban el corazón, el hígado y un riñón fue brindada por Nelson Castro en su última visita al programa de Mirtha Legrand, que se sigue llamando de esa manera a pesar de que hace más de un año y medio que lo conduce la nieta de la diva, Juana Viale, duramente criticada por Beto Casella en las últimas horas. Allí, entre platos bien servidos y copas llenas de vino, el "periomédico" contó eso y generó estupor entre los seguidores del ex capitán del seleccionado nacional.
El corazón de Maradona está en el Departamento de Anatomía Patológica de la Policía Bonaerense, en la ciudad de La Plata. Trascendió que la barrabrava de Gimnasia había planificado robarlo.
Efectivamente, Maradona sufrió la ablación de esos órganos cuando se le efectuó la autopsia que siguió a su deceso, del cual hoy se cumple exactamente un año. Todos están guardados en la ciudad de La Plata, y aseguran que quedarán en formol por al menos diez años, aunque se presume que ese período podría estirarse por mucho tiempo más.
Junto a su hígado y a uno de los riñones, el corazón de Maradona se encuentra bajo custodia en el Departamento de Anatomía Patológica de la Policía Bonaerense. Se encuentra en el edificio de la dependencia no sólo para su conservación sino también para su análisis, conforme lo avaló la Justicia.
Al momento de ser trasladado, y también en muchos momentos siguientes, la policía decidió establecer una custodia especial para los órganos de Diego, pero sobre todo del corazón, ya que un rumor muy fuerte se escuchaba en el "submundo de la noche" de la ciudad de las diagonales: según lo que se decía, la barrabrava de Gimnasia, apodada "La 22" o "La banda del Loco Fierro", estaba dispuesta a accionar "a sangre y fuego" con tal de quedarse con "el trofeo" de quien era su entrenador al momento de fallecer.
