Sin dudas el crecimiento de la pandemia de COVID-19 que amenaza al mundo golpea no sólo el ánimo de la gente, sino también su economía. Mucho se habla del momento en que se pueda salir de la cuarentena y mucho más de cómo se implementará esa salida. Pero el mientras tanto es todo incertidumbre. Incertidumbre y temor. Y el coreógrafo Flavio Mendoza (45) está preocupado porque de él dependen muchas familias: entre su compañía y las escuelas emplea cerca de 400 personas.
En el ciclo radial del periodista Mario Massaccesi el bailarín expresó su angustia: “Si bien coincido en que primero es la salud y después la situación económica, la realidad es que va a ser muy complicado”, expresó. “Para mí se complica con las escuelas, la compañía teatral y el circo, es muy dificultoso. Muchos artistas circenses están sin poder comer”, añadió angustiado.
“Creo que también hay que hacer algo solidario en los medios hace rato. Yo me ofrezco por todas las personas que necesitan un plato de comida”, siguió. “Si bien mis pérdidas van a ser terribles, yo quiero pensar que nos vamos a ayudar entre todos”, se ilusionó.
Pero fue en conversación con Ángel de Brito para Los Ángeles de la mañana que el director no pudo evitar la emoción y se quebró. Ocurrió cuando hablando de la pandemia recordó el horrible momento que vivió en Nueva York en septiembre de 2001, cuando un atentado terrorista derribó las Torres Gemelas.
Y en la conversación trazó un paralelismo entre la cuarentena obligatoria y lo que sintió aquel día. “Paso por montones de sensaciones. Cada vez que hablo con mi hermana o con Maxi, me dicen: ‘Tranquilo, vamos a salir’. Me recuerdan siempre cuando yo llegué a Nueva York el 10 de septiembre de 2001 y el atentado a las Torres Gemelas fue el 11. Yo estuve en plena catástrofe. Estaba con mi amiga Marcela Román y fuimos evacuados, ella estaba a dos cuadras de las torres. Imaginate que durante un día y medio no tuve comunicación con ella, para mí estaba abajo de los escombros. Yo lo vi desde una terraza cuando cayeron”, relató conmovido.
"Estos días me recuerdan siempre cuando yo llegué a Nueva York el 10 de septiembre de 2001 y el atentado a las Torres Gemelas fue el 11. Yo estuve en plena catástrofe", dice Flavio.
“Cuando chocó el primer avión, que creíamos que era un helicóptero o algo chico que se había estrellado, fui con los amigos con los que estaba viviendo a la terraza del edificio y veíamos las dos torres con el humo. Y de golpe vimos que se empezaron a caer”, contó.
“Fue uno de los momentos más horribles que pasé en mi vida. No me podía comunicar con la Argentina, vi cosas que creo que acá los argentinos no vieron porque la gente saltaba del edificio, cosas terribles. Vos sabés que me costó superar… me pongo mal”, finalizó el hombre que, gracias a Dionisio, su hijito, suma fortaleza y en los momentos más tristes se guarda la angustia, respira hondo y cambia lágrimas por sonrisas.
