Sin celulares, sin televisión y lejos de sus afectos y vida cotidiana, los participantes de Gran Hermano encuentran en las charlas el pasatiempo ideal para que los días de encierro no se les hagan tan largos. Pero es en esas conversaciones donde muchas veces exponen sus historias de vida, dramas y logros.
Por eso no resulta extraño el episodio que se dio el jueves 28 de diciembre dentro de la casa donde, atravesada por las emociones, sensaciones y nervios Florencia Cabrera se quebró y comenzó a llorar al sentirse en un papel que no era el que esperaba.
Confidente de Furia, y en tanto mantenían una conversación a solas en el jardín, la modelo de talles especiales sintió la necesidad de compartir con su compañera el motivo por el cual no la estaba pasando bien y se sentía bastante angustiada.
“Realmente, siento que represento algo acá”, comenzó Flor y ante la necesidad de desahogarse continuó: “Y no quiero ser la gorda de Gran Hermano mala”. Al esuccharla, Juliana Scaglione acotó: “¿Viste? Yo soy la golpeadora del reality digamos”.
LOS CONSEJOS DE FURIA
“Y ayer me re calenté. Te juro que es eso lo que me está afectando. Entonces digo ´¿qué onda?´", sumó la modelo que se destaca en su rubro por las medidas poco tradicionales en tanto se secaba las lágrimas en sus ojos. Tratando de consolar a su compañera, Furia le remarcó: “Pero no sos la gorda que decís”.
“Entiendo que te duela y que te genere eso pero no lo sos”, le dijo Juliana a Flor que luego expuso: “Estoy re caliente. Ayer me dejaron así, como en esa, que fui la que dividí la situación. ¡Que carajo! La con… de tu madre. Tenía unas ganas de gritar como cuando lo hacés vos”.
Finalmente, al escuchar a su compañera compungida Scaglione le aconsejó: “Hacelo. Si te guardás las cosas las personas no lo ven. ¿Te pensas que uno grita porque quiere o está loquito? No, porque esta aguantando”.