De romperla en el Bailando por un sueño a Nadie dice nada, el furor de YouTube. Flor Jazmín Peña es una de las influencer del momento. Sin embargo, el camino que transitó no fue nada fácil: su infancia en Lanús, cómo hizo para perseguir su sueño de ser bailarina, cómo se dio cuenta que le gustaban las mujeres y cuál fue la reacción de su entorno.
Flor suele mostrarse transparente, apegada a las energías y lo espiritual. Cada mañana llega a los estudios de Luzu TV para hacer Nadie Dice Nada junto a Nico Occhiato, Nati Jota y Nachito Elizalde. Allí muestra su lado más personal, ya que cuenta distintas actividades que realiza cada semana y también abre su corazón para exponer sus problemas ante los oyentes.
Sobre la trama del programa de cada mañana, se encargó de explicar de qué se trata, en diálogo con María Laura Santillán en Infobae: "Son esas cosas que nos atraviesan a todos y que muchas veces no se hablan. Hablamos un montón de sexo y de temas banales, pero en realidad hay un montón de desinformación y pensando que es banal se empieza a generar un tabú. Lo que hacemos es poner ese tabú sobre la mesa y blanquearlo".
Entre tanta transparencia y anécdotas personales, Flor Jazmín se encargó de hablar sobre una de las revelaciones más difíciles que debió hacer en su vida: "Yo soy bisexual o ni siquiera bisexual, no me gusta mucho la etiqueta. Creo que me considero libre y me gustan las personas. Pero haber transitado todo eso fue un aprendizaje tanto para ella como para mí".
Sobre cómo se tomó esto su madre, mencionó: "Mi mamá obviamente hubiera preferido otra cosa en una primera instancia. Y fue alto aprendizaje para mí desafiarme y haberle sido fiel a mi deseo y a lo que me pasaba, aunque eso hubiera significado irme dos meses de mi casa porque no podíamos convivir".
"Fue todo un proceso. No la culpo tampoco. Fue un aprendizaje para ambas. No soy madre pero siento que debe ser algo que te atraviesa, un trabajo y un aprendizaje tremendo", opinó Flor haciendo alusión a que la comprendía pese a los distintos cruces que debieron enfrentar hasta llegar a una aceptación.
También detalló cómo fue que se sintió ante lo que le pasaba y cómo fue que logró superarlo: "Encontrarme con lo que a mí me pasaba significaba un montón de crisis. 'Yo soy la rara de la familia', ¿entendés? Y hoy ni ahí soy la rara de la familia. Pero era esa oveja negra, la que hacía todo distinto. Hay gente a la que ni le importa, pero a mí sí me pesaba porque… ¡quiero que estés contenta conmigo mamá!".
Pese a lo complejo del asunto, su madre terminó por comprenderla y aceptarla como es. Por eso, hoy en día, ella cuenta su experiencia con normalidad para que quienes se encuentren en una situación similar encuentren la fuerza para luchar por ser aceptadas.