Florencia Bertotti tiene una larga trayectoria como protagonista de exitosas tiras y películas. Sin embargo, tras el furor de Floricienta y cuando no paraba de recibir ofertas laborales decidió alejarse de los medios, replantearse la carrera… y dedicarse a la crianza de su hijo Romeo.
Tras convertirse en madre, la actriz sintió la necesidad de poner en orden de prioridades aquello que le resultara gratificante, placentero y que la llenara en lo emocional más allá de lo económico. Pero si bien eso ella lo tenía claro, tanto al público como a los medios les costó entenderla.
Tal vez por eso, al regresar a la pantalla en 2012 para sumarse a La Dueña, junto a Mirtha Legrand mucho se habló y se la criticó a raíz de rumores en los que se vio involucrada que la acusaban de quejarse mucho del trabajo y los horarios. A la distancia de aquel proyecto la propia actriz contó su verdad.
En diálogo con Teleshow, y después de tantos años, Bertotti se animó a hablar de esa etapa de su vida en la que decidió parar la pelota y alejarse un poco de su carrera actoral y de tanta exposición. “A mí me re decían: ´Pero qué lástima que no te llaman más, si eras buena actriz”, comenzó.
Y agregó: “Nunca podía ser una decisión mía: si no trabajaba era porque no me llamaban. Hay algo del éxito que parece que estás súper disfrutando, pero cuánta gente escuchamos que dice que no, que se siente vacío, que no ve a sus hijos. Yo siempre tuve mucha conexión con mi pulso y con mi disfrute, y ser mamá me hizo dimensionar eso”.
"Hay algo del éxito que parece que estás disfrutando pero se siente vacío, cuando no ves a tu hijo. Mi hijo salía del jardín y era mi condición, mi prioridad", reconoció Flor.
“No tenía idea lo que era ser mamá ni ocuparme de una persona que dependiera de mí permanentemente. Y cuando él era muy chiquito estaba comprometida con un trabajo y me re costó. Lo hice. Pero me quemé con leche, y después no me pasó más. No me importaba nada si me criticaban o no”, continuó Bertotti.
Finalmente, remarcó; “Cuando hice La dueña muchos años después era imposible en cuestión de horarios. Mirtha (Legrand) estaba muy acostumbrada a los programas, tipo 1 ponele, y yo tenía que irme a las 3 porque a las 4 salía mi hijo del jardín y esa era mi única condición. Esa era mi única prioridad. A mí me dejan el pibe en la vereda. Tenía que ir a buscarlo al colegio. Era muy difícil”.
“Por eso a veces es más difícil estar en eje uno con las prioridades de uno y tratar de cumplir eso que a vos te pasa. Me iba con toda la culpa del mundo porque sabía lo que iba a pasar. Pero hay momentos en donde es difícil sintonizar lo que vos estás dispuesto a dar de acuerdo a tus prioridades con lo que se necesita de vos en un trabajo. Entonces, es mejor dar un paso al costado”, cerró Flor.
