Desde que se puso en marcha el colectivo de Actrices Argentinas y las mujeres en su conjunto motorizaron un gran movimiento feminista, el paradigma de la intimidad de una grabación o de un ensayo modificó sus bases. La línea entre una escena de alto contenido erótico y un abuso liso y llano pasó a ser extremadamente delgada, motivo por el cual actores y actrices tuvieron que adaptarse a un nuevo formato de convivencia laboral. Con mayores precauciones, claro.
Antes, todo era distinto y la permisividad parecía ser la antesala de la perversión. La misma Florencia Peña, que arrancó en el ámbito del espectáculo siendo todavía muy joven, reconoció que ciertas conductas de algunos de sus compañeros “estaban naturalizadas” y destacó que en la actualidad “no serían pasadas por alto”.
En este terreno de recordar momentos no tan gratos de sus inicios en la profesión, Florencia aceptó que este tipo de situaciones traumáticas influyeron en su decisión de achicarse las lolas. “Tenía compañeros que, desde un lugar lúdico, me tocaban. Yo los frenaba, pero no lo entendíamos como una falta de respeto. Yo pensaba que era algo que tenía que pasarme por mis tetas grandes, como si me lo mereciera, y a los 19 años me terminé achicando el busto”, relató la ex “Pechocha” en diálogo con “Agarrate Catalina”.
Más tarde, la actual jurado del “Bailando por un Sueño…” se refirió a la actualidad legal de las denuncias que oportunamente presentó por la difusión de su video íntimo, a fines de 2012. “Hasta el día de hoy no logramos detectar quién me hackeó. Tuve ayuda de la justicia y no se pudo. Es un delito lo que me pasó a mí y a Luciano Castro también. No somos nosotros los culpables”.
Por último, Florencia anticipó sus ganas de volver a “Casados con Hijos…”, en esta oportunidad en versión teatro: “En ningún programa me sentí tan bien como en ese. Todavía no firmé nada, pero llevarlo al Gran Rex me hace sentir como los Rolling Stones”.
