El estudio de Intrusos quedó en silencio. Pasmado. Tenso. Gerardo Romano le propuso a Florencia de la Ve "recrear" la escena que le valió una grave acusación que navegó entre la violencia de género y el acoso sexual. Y no sólo eso: la llevó adelante. La concretó. El momento fue extraño. Tuvo algo de artístico y otra parte de "testimonial", pero no dejó de ser incómodo.
El gesto posterior de Florencia también lo evidenció. Quedó con los ojos abiertos, gigantes, y el corazón parecía latirle desbocado. Le costó esbozar alguna reacción. Salió como puede salir una comediante, con un chiste, con una broma, con un comentario que le permitió irse de esa situación aunque no abandonar el tema. "Ay, pará"... dijo primero, sorprendida por "la mordida" de Romano.
"Ay, bueno, era mi sueño de adolescente" deslizó Florencia como para aflojar el cosquilleo. Antes, cuando Romano la encaró para darle el beso, le había "dado permiso" dicéndole "vos hacé lo que tengas que hacer". Pero la situación fue rara. Y rara como mínimo. Hubo un dejo de que estaba pasando algo que no debía suceder.
Romano, uno de los actores más reconocidos del país, dueño de una larga y rica trayectoria, permaneció en estado de efervescencia desde que llegó hasta que se fue del piso. Fue a hablar de la acusación que le hizo la actriz Paula Di Chello. Según ella, en una "escena de besos" de una novela que compartieron en 2005, él la puso contra la pared y le mordió el labio sin que estuviera en el guión y sin que haya dado consentimiento alguno a esa situación.
Según Di Chello, Romano también la perseguía por los pasillos y le decía, de todas las formas habidas y por haber, sutiles o más grotescas, que quería tener algo con ella. El actor negó todo. "Jamás fui violento con una mujer. Nunca en mi vida. Ni tampoco corrí a nadie por un pasillo simplemente porque soy tímido. Muy tímido. Yo soy actor, puteador, digo mi ideología, estudié, soy abogado, todo eso sí, pero así como soy todo eso también soy tímido y jamás corrí a nadie".
"Yo no me acuerdo de estas escenas porque fueron hace 15 años, pero en una grabación hay un director, asistentes, productores, técnicos, camarógrafos. No estás solo con la actriz. Y podés tener un accidente laboral y lastimar a alguien, entonces le pedís perdón y seguís trabajando. Pero ahora tengo que estar dando explicaciones como un pelotudo, y para las redes sociales, como tengo ideas políticas cercanas a las del gobierno, ya dicen "Qué otra cosa puede ser un kirchnerista que un violador". Mis hijos tienen que leer todas esas mierdas", se desahogó Romano, enojado y a puro grito.
