La televisión de antes era muy distinta a la que se ve ahora: mucho más “trash”, los panelistas realmente le ponían el cuerpo a lo que fuera, todo por un puñado de puntos de rating. Así, en pantalla se veía de todo, desde test de embarazo ao vivo, piñas, y un largo etc…
Quien tiene mucho kilometraje en este sentido y puede dar fe de haber puesto, literal, toda la carne en el asador, es Marina Calabró, que en sus años en Infama incluso se animó a someterse a un procedimiento estético ante las cámaras que salió mal, muy mal.
Así lo recordó Marina en Lanata sin filtro, donde aseguró a sus compañeros que la única vez que se retocó la cara fue para la tele, en vivo, ante todo el país. “Fue la única vez ¡Lo juro por la memoria de mi viejo! Fue en vivo en Infama, en una edición de verano… ¡que casi vamos todos presos!”, empezó.
“Ya ni me acuerdo, pero me inyectó el doctor Cristian Pérez Latorre… ¡Fue genial, estaba la aguja en primer plano!”, agregó, y contó lo que pasó después: “Lo genial, o terrible, es que al día siguiente era el cumpleaños de mi ahijada. ¡Y yo llegué con la boca que era la Mulatona!”.
Evidentemente, el organismo de Calabró no reaccionó bien a la inyección, y eso alarmó muchísimo al conductor Santiago del Moro y a los responsables del ciclo: “Me acuerdo que Santiago me llamaba cada dos horas, al igual que los dos productores ejecutivos”.
“Estaban preocupadísimos de terminar comiéndose una denuncia porque yo ¡estaba desfigurada! Fue raro, me había quedado desparejo, pero por suerte pasó. He sido una panelista todo terreno”, explicó, y añadió que luego se arrepintió de este “disgusto” sin sentido.
“Fui una inconsciente total… ¡Se aprende, no lo volvería a hacer! Salió todo bien, pero pudo ser un desastre”, cerró, sobre lo que le pasó en 2011 que en su momento explicó como algo “súper mínimo”.
¿Qué dijo ella en esa oportunidad? “Yo le pedí al doctor Pérez Latorre que de lo que sería una aplicación normal, me ponga una décima parte porque era netamente con fines periodísticos, no tenía fines estéticos; no estaba mis planes ponerme labios, lo mínimo como para que quedara explicado", indicó.
“El día anterior había venido el doctor a hablar del tema y a Santiago se le ocurrió que podíamos hacerlo en piso para que la señora que está en su casa pueda ver cómo se realiza. En ese momento, se ofreció Marcela Feudale, pero después le dijo a la producción que tenía miedo, entonces me ofrecí yo”, relató años atrás. ¡Nunca más!