Si algo se dio cuenta Juliana “Furia” Scaglione, con el correr de los días en Gran Hermano, es que su personaje rinde. Pero Furia sabe algo más: que nada de lo que haga la va a sacar del juego, porque es una pieza funcional y fundamental en esta edición.
Sin miedo a ser expulsada de la competencia (a pesar de que la ex doble de riesgo admitió que GH le había exigido bajar su intensidad tras la pelea con Williams), Furia siguió bajando línea a sus “hermanitos” a los gritos durante la cena, luego de recibir sanciones.
Consciente de que no la mata la hace más fuerte, Juliana les advirtió a los participantes que ellos la hacen “más famosa”. “Todos saben quién es Furia, me está funcionando”, lanzó, envalentonada. Y luego se dirigió al Paisa, a quien le aseguró que exageró la situación.
"Yo lamento que hayas tenido la sensación de que la palmada fue lo mismo que una cachetada. No va a volver a suceder, pero soy como soy. Al que no le guste, que se aleje”, sentenció Furia, y dijo que “de a poquito” intenta integrarse, aunque ganarse la confianza de quienes la votan sea muy difícil.
JULIANA SCAGLIONE LANZÓ ADVERTENCIAS EN GRAN HERMANO
"Yo no tengo drama en tomar mate, en charlar o ayudarte pero no pinta que me peguen porque sí", rebatió Williams. Pero ella avanzó: "A los que les molesta lo que yo hago, se la van a tener que fumar porque voy a seguir en esta casa por lo menos un poquito más. Si se sienten incómodos conmigo, separensé ustedes”.
“Si están en la pileta o entrenando, voy a ir. Me aislé mucho pero no lo voy a hacer más. No tengo por qué fumarme a los que no me bancan", avanzó Furia, y cerró con violencia: "Acá hay gente que me molesta, que han hecho cosas que me dan ganas de darle una trompada o escupirlos, pero no lo hice".
