La semana pasada, Sabrina Garciarena fue blanco de críticas, cuestionamientos, advertencias y todo tipo de mensajes en su cuenta de Instagram. ¿El motivo? Una foto que posteó en la que se la ve besando en la boca a su hijo Beltrán, de cuatro años.
La polémica quedó instalada, a pesar de que muchos dieron el visto bueno a la imagen con su corazón y le hicieron ver que se trataba de un gesto de ternura, nada desubicado. Harta de ser señalada, Sabrina se defendió de las opiniones de los demás sobre cómo cría a los hijos que tiene con Germán Paoloski.
"Las mismas que critican esta imagen que es pura ternura también critican que una mujer amamante a sus hijos en público. Cada una cría a sus hijos como quiere, me encantan las madres que besan, abrazan, aprietan", dijo la actriz a Teleshow, que aseguró que ignora lo que le escriben.
"Sabemos que siempre que nos exponemos pueden aparecer críticas, lo importante es respetar a aquellas personas que no quieren adherir a la práctica. No leí nada, cuando subo fotos con mis hijos siempre hay comentarios… Tiene que ver con los haters", indicó.
"A mis hijos los beso, no los chapo, soy cariñosa con ellos, lo vivo con libertad y sin irme para el otro lado”, aseguró Garciarena, que comentó una de las acusaciones más fuerte que le hicieron llegar a partir de esta foto que tanto revuelo armó.
"Las mismas que critican esta imagen que es pura ternura también critican que una mujer amamante en público".
“Me llegó un mensaje de que incito a la pedofilia, estoy muy bien de la cabeza. Beso a mis hijos, soy cariñosa, los amo con límites. Estoy en mi eje", dejó en claro la pareja del periodista deportivo, cansada de las opiniones sobre su modo de maternar y expresar su amor a sus niños.
