Lleva transitadas alrededor de tres décadas en televisión y probablemente Gonzalo Bonadeo (56) sienta por primera vez que realmente “metió la pata”. El periodista ha demostrado a lo largo de su carrera que sus concepciones con respecto a temas de público conocimiento no cambian de un momento a otro, ni sus opiniones mutan de acuerdo con el sentido del viento. Siempre ha sostenido sus dichos, con convicción y argumentos, pero en este caso parecería que sus reflexiones sobre el conflicto Mariana Nannis - Claudio Caniggia han cruzado una barrera que, en principio, él pretendía respetar.
Casi en forma paralela a la decisión manifiesta de Alexander, uno de los hijos del Pájaro, de informar a través de su abogado que le iniciará acciones legales por los términos que utilizó contra él (“pendejo inútil”) e indirectamente contra su madre (“se olvidan de la limusina…”), el conductor salió a admitir su error públicamente. Les pidió disculpas tanto a la ex esposa del pelilargo ex futbolista como al hermano de Charlotte, pero también a Susana Giménez.
Bonadeo la había llamado “patética, pelotuda y ordinaria”, además de criticar duramente a la producción de su programa por haber convocado a Nannis para hablar de su enfrentamiento con el Pájaro en el momento más caliente del escándalo. Sin dudas, esta retractación de Bonadeo refleja cierto grado de autocrítica. Sin embargo, a simple vista no alcanzó para tranquilizar las aguas. Es más, aparentaría haber producido un efecto contrario, como disparador de una denuncia que, inesperadamente, lo terminó sentando a él en el banquillo de los acusados.
Acusaciones cruzadas
Molesta por su editorial en radio, durante el cual defendió firmemente a Caniggia y le restó veracidad a los dichos de Nannis, la ex mujer del periodista salió a ventilar viejos episodios que, al menos hasta conocerse su campana, lo han dejado al conductor muy mal parado frente a la sociedad. Susana Herrera, madre de sus hijas Catalina, Martina y Valentina, dijo que “Bonadeo es un golpeador. Mi caso ha sido un caso del que nunca se quiso hablar y cada vez que él se expresa como lo hizo recientemente, yo vuelvo a revivir mi propia historia”.
Herrera, más tarde, contó que “fui una víctima de Gonzalo Bonadeo. Lamentablemente viví muchas situaciones de violencia. En 2003 no era como es hoy, yo lo denuncié cuando mis hijas tenían 10, 8 y 5 años. Que un hombre te pegue, te lleve puesta con la camioneta… no tienen una idea las cosas que me hizo vivir”.
Prosiguiendo con su relato, basado en la convivencia que compartió con el periodista, Herrera remarcó el impacto negativo que sus diferencias con Bonadeo provocaron en ámbito familiar: “Después de quince años estoy distanciada de mis hijas, porque ellas lo defienden. Nosotros tuvimos un divorcio terrible. Bonadeo me apartó, me mató, me impidió visitarlas. Les ha dado todo económicamente y las ha cuidado, pero lo peor que hizo fue haber matado a la madre”.
Más palabras...
Y fue contundente con respecto a los perjuicios que, según sus testimonios, le ocasionó haber pasado una experiencia tan traumática: “Yo intenté suicidarme por todo esto. Cuando iba a ver a mis hijas, él muchas veces no me dejaba verlas. Hace tres años que no les puedo dar un beso. Bonadeo nunca me permitió decirles a mis hijas que cuando ellas dormían su papá no estaba en casa. Ellas no se acuerdan de su papá haciendo abandono de hogar y la más chiquita diciéndole: `Papá no te vayas´. No saben de los golpes que yo recibí”.
Las declaraciones de Herrera, por supuesto, no pasaron desapercibidas y causaron un revuelo mediático, teniendo en cuenta que, apenas unas horas antes, su ex había defendido a capa y espada a Caniggia, quien, según Nannis, ejerció sobre ella distintos maltratos, como agresiones físicas y verbales. Previsiblemente, Bonadeo no las pasó por alto y contraatacó, pero con la intención de llevar a cabo una especie de “guerra fría”.
Sin ir al choque directamente ni entrar en el juego de piña va piña viene, Bonadeo avisó que pronto hablará para dar a conocer su campana. “Por respeto a quienes están en esta foto me cosí la boca durante 16 años. Dejé que mintieran sin defenderme. Ya no será así. Pronto contaré mi parte. A los que me agredieron piensen cómo se sentirían en mi lugar si eso en lo que creen no fuese verdad. Gracias”. ¿Qué es lo que tendrá para contar Bonadeo? ¿Podrá comprobar su inocencia? El tiempo, como siempre, tendrá la última palabra.