Alejada de la pantalla chica y cerca de volver al teatro en 2022 con la obra Pura Sangre, Griselda Siciliani visitó el programa de Jey Mammón para promocionar su próximo proyecto laboral y pasarla bien junto al conductor.
Como hace con cada uno de sus invitados, el humorista la recibió con un breve show musical repleto de halagos y luego pasó a la pregunta "al hueso" con la idea de entrar en calor en la entrevista.
Todo comenzó cuando Jey le recordó que un día habían ido a la escuela en la que trabajaban sus padres los galancitos del momento. Y que, entre ellos, se encontraba Pablo Rago que disfrutaba de una gran popularidad por su participación en Clave de Sol y de quien Griselda era fanática. Pero también estaba Suar, en quien entonces nadie reparaba.
“Era muy difícil acceder a Lucho, siempre estaba rodeado de gente”, empezó Siciliani en alusión al personaje de Rago. Y siguió: “Yo tenía nueve años, la edad de mi hija. Y no podía llegar a él. Pero había otros, entre ellos, uno que era Suar. Y bueno, le fuimos a pedir un autógrafo a él que estaba más o menos vacío...Pero no sabía quién era”.
Luego contó que la firma de su ex y padre de su hija era “una rayita con desgano”. Y agregó: “Pero bueno, tampoco a mí me importó mucho porque el tema era Pablo....Igual lo vi a Lucho de cerca, no me pude acercar pero lo vi".
Intrigado sobre qué había hecho en aquel entonces con el autógrafo de Suar, la artista reveló con humor: “Lo tiré, creo. Era un papelito”.
Sin embargo, el momento más llamativo fue cuando recordó la vez que evitó ser víctima de un robo. "Estaba en la parada del 176 en Juan B. Justo... Yo justo volvía de ensayar con un bolso lleno de cosas que tenemos todas las bailarinas y un sueldo que había cobrado. Me acuerdo perfectamente que mi bolso era de lana y que lo había tejido mi abuela", relató la actriz en Los Mammones.
"Entonces yo estaba en la parada y era tarde... pasaron dos chicos en una bicicleta y me dijeron 'dame todo'. Yo les empecé a pedir por favor porque era mi único sueldo. Les dije que me quedaba sin nada en todo el mes", continuó.
Además, Griselda contó cuál fue su reacción: "Comencé a llorar de los nervios y del miedo, entonces les di pena y me dijeron 'bueno está bien, no llores más'. No sé si les di pena o no me fumaron más. Ellos tenían un cachorrito y me lo querían dar, yo les dije que no podía andar con el perrito en el colectivo".
Por último, reveló qué fue lo que le dijeron los ladrones: "Me dijeron que cualquier cosa que me pasara por el barrio que ellos eran los pibes del galpón y que los buscara porque me iban a defender". ¡Una historia de no creer!