Al final era cierto: Guillermina Valdés participó en La Mascara, el programa que de lunes a jueves compite mano a mano con el realitie "Canta conmigo ahora" que conduce su ex marido Marcelo Tinelli. Pero lo que se presentó como "una puñalada" para él sólo sucedió a medias: la emisión donde la empresaria fue protagonista salió al aire un domingo, la única jornada donde no están frente a frente.
Durante muchos días se habló del que podía ser considerado uno de los grandes momentos televisivos de 2022: Guillermina y Marcelo sacándose chispas por los porotos grandes del rating en el horario central. Las especulaciones fueron varias y variadas, y las más audaces hablaron de un "mensaje" que ella le quería dar a él: puedo ser alguien y puedo ocupar lugares importantes sin necesidad de contar con tu escudo protector. Otros fueron menos poéticos y sentenciaron, directamente, que se trataba de una declaración de guerra.
Guillermina lloró luego de ser "descubierta" por Natalia Oreiro y mientras los jurados "investigadores" arriesgaban nombres que no tenían nada que ver con ella, como Zaira Nara y Karina Jelinek. Incluso, aunque en tono de broma, ella le reprochó a Roberto Moldavski que "vos querías que fuera Zaira, y no, ya ves que no soy". Todos sonrieron. No hubo clima de tensión, sino de complicidad.
El llanto de la empresaria sobrevino cuando, en medio de un agradecimiento general, destacó que la invitación a participar le devolvió "la sensación de jugar a una edad donde por ahí se piensa más en otras cosas". El 5 de julio, es decir hace poco más de 3 meses, Guillermina cumplió 45 años. Natalia Oreiro le acercó su voz amiga para contenerla y acompañarla. Pero la emoción estaba ahí, a flor de piel.
Visiblemente emocionada, Guillermina le agradeció a Oreiro la chance. "¡Qué lindo es el estudio! Es mucho más grande de lo que imaginaba. Uno se quiere quedar no porque quiere ganar, sino porque es maravilloso. Es como el carnaval de Venecia, donde hay tantas máscaras. El equipo de producción es sencillamente espectacular. Trabajan de una manera impresionante".
"Tengo un nivel de exigencia muy grande, y a veces con las canciones no podía lograr el registro de voz como quería. Y uno se adapta... snif.... ¡No quiero llorar! Todos me ayudaron. Ojalá que todos puedan ser la máscara, porque podés ser vos..." sollozó Guillermina en lo que fue considerado un mensaje a Marcelo, y ya no pudo seguir. Después de recobrar fuerzas, continuó: "Volví a jugar a mis 45, pero bueno, no sé si alguna vez juegue así. Estoy agradecida a la oportunidad. Le tuve que pedir ayuda a mi hijo Dante porque yo no cantó en inglés. ¡Me daba con un caño! Me decía "mamá, no sos cantante". Le pongo mucho amor a todo. Gracias".