La tierra del universo del espectáculo se resquebrajó, como un sismo que sacudió todos los cimientos se sintió un cimbronazo magnánimo. Todavía sobrevuela en el aire el estupor y la sorpresa por semejante acontecimiento, por la magnitud de esta pareja.
En la tarde noche del martes estalló la bomba, que se configura por la inesperada separación definitiva de Marcelo Tinelli y Guillermina Valdés, quienes decidieron escribir el punto final de una relación amorosa de más de nueve años y un hijo en común, Lorenzo.
Claro que la ruptura de este lazo activó un tsunami de versiones, de teorías de toda índole respecto a los motivos que tallaron en la balanza del conductor de ShowMatch y de la modelo para ejecutar la determinación de transitar por caminos diferentes y cortar una historia de casi una década.
En ese raid sobrevoló el dato de una injerencia de los hijos de Marcelo, como que la atención y las personalidades de sus herederos hizo mella en Guillermina, al límite de transformarse en una diferencia insalvable. En ese sentido se apuntó a un desgaste y una imposibilidad de congeniar todos los integrantes de la familia ensamblada.
No obstante, Valdés apareció en el terreno público a través de una comunicación con Luli Fernández, donde desmintió esta posibilidad y aportó claridad sobre el momento en que se definió la separación. "Es verdad, esta decisión se tomó hace algunos días nada más, de común acuerdo, con mucho amor, con mucho respeto”, confesó la blonda.
En cuanto a las diferentes etapas transitadas para confluir en la ruptura, Guillermina explicó: “Esto viene de un tiempo, es un proceso, por supuesto que una relación de 9 años no se termina de la noche a la mañana". Y sobre los rumores de conflictos de los hijos, Luli contó: "La realidad es que eso me lo desmiente ella personalmente, me dice que ellos se llevan muy bien y que incluso entre sus hijos hay mucha relación".