La historia de la batalla legal de la propiedad de Héctor Ricardo García llegó a su final hace unas semanas. La justicia ordenó el desalojo de Anabela Ascar, quien tuvo que abandonar la mansión que se ubica en un bonito barrio de Belgrano.
Hoy se produjo un movimiento enorme en la casa, porque la hija del empresario, María Elena García, ingresó con una serie de empleados de logística para vaciar el hogar. Así, se pudo divisar a través del móvil de Intrusos cómo se trasladaron cientos de artículos a un depósito.
La heredera del creador del Grupo Crónica no especificó que piensa llevar a cabo con la casona, pero sí anticipó que los recuerdos de García serán para armar un museo en honor a su padre, un icónico hombre de los medios de comunicación.
Lo más trascendente de la cobertura de Intrusos se centró en las declaraciones de María Elena, quien siempre esquiva las entrevistas. Con una gestualidad de incomodidad, la hija de Héctor comenzó: “Acá estoy llevándome las cosas de él que las voy a guardar y veré que hago con eso”.
En cuanto a los sentimientos al ingresar a la mansión, María Elena sostuvo: “No sentí nada, mucha bronca, pero ya está. Cero mediática soy, mucho todo esto no me gusta. Ya me llevé todo lo de mi padre”. Con varias emociones a flor de piel, agregó: “Esto llevó demasiado tiempo, espero poder algun día rendirle el homenaje que necesita, en lo que él hizo fue el número uno”.
Y hasta que apuntó directamente contra Anabela Ascar y prendió la mecha de una bomba: “Le mandé varias cartas, mensajes a mi padre, los que nunca fueron entregados por Anabela. Esa es mi bronca, he hablado con personas que les pedí que le transmitan ciertos mensajes que no le llegaron. Tengo la paz de que vine al velatorio, por más bronca que hemos tenido en el medio, era mi padre”.