Nada representa mejor a Moria Casán (74) que su casa. Aquella residencia, que se alza en Parque Leloir y que cuenta con 300 metros cuadrados cubiertos levantados sobre un terreno de 1000 metros cuadrados, refleja su espíritu. Y fue en las historias de su cuenta de Instagram donde le mostró a su millón y medio de seguidores parte de su intimidad en la casa que la hace verdaderamente feliz.
"Yo venía acá solo los fines de semana y ahora es todo. Tiene mucha vida vivida, no es una mansión ni mucho menos, pero tiene mi energía. Es un espacio muy mío", había dicho de su hogar en una oportunidad cuando conducía Incorrectas por la pantalla de América.
Hace muchos años que Moria vive sola en su casa, que era sólo de fin de semana pero se transformó en tiempo completo. Sofía, su hija, se quedó en Palermo.
Para La One aquel es su templo y su refugio. Un enorme jardín alberga la gran piscina climatizada donde Moria suele nadar a diario al mediodía y a la noche. Césped, plantas, flores y fuentes decoran el lugar en el que ella respira naturaleza. Allí, además al lado de una escultura de un angelito, descansan los restos de su adorado perrito Cristobal.
Un moderno gazebo en el que se extiende una mesa de vidrio y sillas de hierro en color blanco, iluminado con una gran lámpara invitan a los comensales resguardarse del sol. Al costado hay una gran cinta, en la que la jurado del Cantando suele ejercitarse para mantenerse en forma.
"Tiene mucha vida vivida, no es una mansión ni mucho menos, pero tiene mi energía. Es un espacio muy mío", dice Moria.
Pero es, quizás, el interior donde puede apreciarse aún más su impronta. En el living pueden verse lámparas de neón en colores violetas y rosas. Además, una pared entelada en un imponente animal print pone su inconfundible sello: allí habita Moria Casán.
Cada ambiente es separado por grandes arcos que dan la sensación de amplitud. Un enorme sillón violeta y una pared magenta terminan de indicar que allí reside una verdadera diva.
