A 4 meses de cumplir 43 años -soplará esa cantidad de velitas el 31 de octubre- Nicole Neumann llegará por esa misma fecha a los 31 como mediática y como protagonista de algunos de los escándalos más grandes de las últimas tres décadas de la farándula. Su irrupción a las grandes ligas ya generó un enorme debate cuando con apenas 12 se convirtió en "la Lolita" de los 90.
Desde entonces, su carrera como profesional del modelaje fue de la mano con bochornos, peleas, polémicas, romances, separaciones y estallidos. Ahora, se ha enfrentado nada más y nada menos que con su hija mayor, Indiana.
Una tapa de Gente sorprendió a propios y extraños, hace muchos muchos años, con una nena de 12 años que era presentada como "la modelo del futuro". ¿Quién habrá pensado esa portada?
Si bien fue polémica y provocó mil discusiones acerca del trabajo infantil y de lo inoportuno que podía resultar la presentación de una menor de edad en una primera plana y en una situación laboral, lo cierto es que también fue un gran visionario: prácticamente desde ese mismo momento Nicole fue una "top" y nunca se bajó de ese pedestal. Su presentación ya estuvo rodeada de polémicas, algo que la acompañaría en toda su carrera.
Ya en ese entonces las cuestiones familiares la pusieron en el ojo de la tormenta. El vínculo con su mamá, Claudia Neumann, nunca fue ciento por ciento positiva y estuvo llena de idas y vueltas todo el tiempo. Han pasado por mejores y peores momentos, pero nunca hubo una regularidad en cuanto al trato.
Incluso ahora, cuando "NiKita" está cerca de concretar un tercer matrimonio, en este caso con Manu Urcera, todo indica que ya le avisó que no estará en la boda porque han entrado en una nueva etapa de claroscuros. Probablemente tampoco esté su padre, el austríaco Bernd Unterüberbacher, a quien conoció de grande y con el que también mantuvo una relación distante, fría y casi de no verse nunca.
No fueron esos, claro, los únicos conflictos que sostuvo dentro de sus círculo familiar. Tampoco resultó fácil el trato con su hermana, Geraldine Conti Neumann. Según todos los allegados a las dos, "Gegé" siempre fue una muchacha más simple, más sencilla, más terrenal y más "gaucha" que la imperial y sofisticada Nicole.
De allí que durante mucho tiempo hayan mantenido una distancia total y que ni siquiera se dirigieran la palabra. Pero con el paso de los años lograron zanjar esas diferencias y no serán íntimas o de trato diario, pero al menos se llevan bien y hasta lograron que sus hijos tengan diálogo.
El amor también explotó en su vida acompañado de algunos hechos bochornosos. Nicole estaba de novia con Matías Liberman, un joven que pertenecía a una de las familias más poderosas de la televisión por cable, cuando fue descubierta en una playa de Punta del Este en una escena muuuuy jugada con Nacho Herrero.
Esa tapa de Paparazzi deschavó aquella infidelidad, tiró al tacho de basura la relación con el heredero del imperio de las telecomunicaciones y le abrió la puerta al primer casamiento de Nicole, con aquel muchacho aventurero que la volvió loca pero que un día la cansó, según ella, porque no era "muy fanático del laburo" y que tocaba la guitarra más que para conquistar muchachas que para llevar el sustento al hogar.
En medio de esa crisis, que solo ellos conocían, Nicole fue convocada por la revista Hombre para protagonizar una producción de fotos subida de tono con un par de jugadores de fútbol. A la mayoría no le llevó el apunte, pero hubo uno que le gustó y que al poco tiempo fue su novio a pesar de los llantos y los reclamos de la joven que salía con él: era Fabián Poroto Cubero, que dejó a su novia para iniciar un camino que también terminaría en casorio, en un viaje a México cuando él se fue a jugar allí y en el nacimiento de sus tres hermosas hijas.
Indiana, Sienna y Allegra. Un día terminaron, y también fue un escándalo. Nicole contó que se había "desenamorado" de Cubero y que ninguno de los ruegos y ninguna de las súplicas de él alcanzaban para convencerla de que se quedara a su lado. ¿Del amor al odio hay un solo paso? Sí, en el caso de Nicole y Poroto sí. Se volvieron los peores enemigos.
Separada de Cubero y en conflicto permanente con él, Nicole tuvo algunos romances pasajeros (se habló de Facundo Moyano y del empresario futbolístico Pablo Cosentino, quien está casado con la también modelo Daniela Urzi, como compañeros en distintas etapas de su vida) hasta que terminó blanqueando con su actual pareja y futuro tercer marido José Manuel Urcera, un piloto de automovilismo y actual campeón de Turismo Carretera -la categoría más popular e importante del país- cuya familia es una de las más adineradas de la patagonia.
Tampoco fue todo color de rosa al lado del as del volante: primero la ex novia les cruzó el auto, los encaró y le gritó a él "le contaste a esta vieja que estuvimos cogiendo este fin de semana", después debió abdicar ante el deseo de su suegra de organizar una fiesta multitudinaria cuando ella quería una pequeña celebración, y hasta tuvo que enfrentar un reclamo de la comunidad mapuche por el lugar donde se iba a llevar adelante la boda, que actualmente quedó sin fecha.
También se peleó con sus colegas modelos, un "departamento" en el que no se puede obviar de ninguna manera y bajo ningún concepto la "eterna" rivalidad que protagonizó con Papmpita, a tal punto que muchos la señalaron como la autora del apodo de "Muqui" o "Mucamita" que le pusieron a la morocha cuando llegó a ser la reina de las pasarelas, de los desfiles y de las campañas viniendo de La Pampa y de un origen humilde totalmente distinto a su "sello de origen" de linaje, sangre azul y apellido europeo.
Los celos mandaron en ese ida y vuelta prácticamente de todos los días con Carolina Ardoahin, que encontró su punto de máxima ebullición en un Bailando, cuando Pampita se cansó de las provocaciones y se fue en pleno programa pasando por detrás de ella.
Su otra gran enemiga, que duda cabe, se llama Micaela Lorena Viciconte Pierrere, Mica Viciconte, quien se volvió su rival número uno desde que se transformó en la novia oficial de Poroto Cubero, de quien luego fue pareja y madre de su cuarto hijo, Luca, el primer varoncito del ex marcador de punta de Velez Sarsfield.
Fueron tan fuertes y tan pesadas las agarradas que hoy las dos tienen "bozal legal" y que ninguna puede hablar ni referirse a la otra, a menos que esté dispuesta a pagar una multa que en algún momento se estableció en 50 mil pesos por cada mención. No fue su único "combate", queda claro a lo largo de este veloz repaso de su vida, pero si uno de los más intensos y duraderos.
