Si lo quería hacer a propósito, no le salía. El instinto pudo más y Juan Marconi, como si fuera un rústico defensor de Independiente, el club del que es fanático, no aguantó la derrota y al advertir que se derrumbaba su torre de vasitos "pateó" uno con tanta "puntería" que terminó tirando la torre de Felicitas Pizarro, contra quien jugaba en Mamushka. El blooper fue largamente celebrado por todos los protagonistas.
Hasta Mariana Fabbiani se mató de la risa. Sorprendida por lo que había pasado, decidió "descalificar" a Marconi, que ya había perdido, y decretar ganadora de la prenda a la chef. Los integrantes de El gran premio de la cocina habían sido invitados a jugar a Mamushka, donde se produjo la singular situación.
En una de las prendas, los participantes tienen una determinada cantidad de tiempo para armar una "torre de vasos" poniendo uno sobre otro sin que se les caigan. El que más vasos pone, gana. Si a uno se les van al piso, pierde. Marconi venía complicado, y cuando intentó apurarse tiró todo al demonio.
Pero como buen futbolero que es "sacó el Tigre que lleva adentro" y le dio una tremenda volea a uno de los vasitos que venían por el aire, que salió dirigido a la perfecta torre de Felicitas, y la tiró al demonio. Todos sonrieron y celebraron lo ocurrido. La cocinera está embarazada y puede cargar a Marconi, ahora, con que lo tiene de hijo, precisamente.
Sin ningún tipo de arrepentimiento, él le respondió "Fue mágico" a un usuario de Twitter que le comentó que para él ese había sido el momento más divertido de la semana.
EL ANTECEDENTE DE LUCIANO PEREYRA CON SOFOVICH
Hace muchos años, ya, un juvenil Luciano Pereyra visitó a Gerardo Sofovich en La noche del domingo para cantarse unos temas y jugar al Jenga, esa "competencia" que consistía en sacar y poner maderitas de abajo hacia arriba que podía durar horas y horas en pantalla.
Eso sucedió entre "El Ruso" y el cantante folklorico. No se sacaban ventajas y la pelea ya era titánica. A matar o morir. Había chicanas, se echaban maldiciones y hasta se prometían una revancha.
Sofovich hizo su movimiento "número mil" y zafó. Luciano no tuvo la misma suerte. Puso todo su empeño, pero el agotamiento fue superior y un movimiento poco propicio terminó con la estabilidad de su "edificio" de madera.
Luciano no pudo contener su fastidio y mientras las maderitas iban cayendo les aplicó un tremendo derechazo cual Mike Tyson con tanta mala suerte que una de las piezas del juego impactó de lleno contra el tabique nasal de Sofovich, quien pasó de la alegría por la victoria al dolor por el "tremendo jengazo" que había recibido.