Si bien el estilo musical de Jimena Barón es casi una marca registrada y su último trabajo Mala Sangre termina por confirmarlo, ya sea por sus letras como por sus melodías, cada canción de la intérprete de La Tonta tiene su impronta y, tal como lo contó, sus historias de vida.
Pero a diferencia de cualquier artista con finalidad comercial y con una productora detrás que busca masividad a cualquier precio, la música de la ex de Daniel Osvaldo tiene un proceso mucho más largo, de introspección personal y proyección, pero siempre fiel a sus ideales y a su público.
Tal como alguna vez lo manifestó en sus redes sociales, en medio de la grabación del último material Jimena se sintió frustrada porque consideraba que el mismo no tenía que ver con su esencia. Inmediatamente, paró la producción y tomó una drástica medida que le dio un giro a su carrera.
Invitada a ESPN Playroom, Barón se refirió al proceso de composición y producción de Mala Sangre donde reconoció: “Tuve un método de componer mierdas, por eso no saqué música mucho tiempo. Espere a que vuelva la inspiración”.
JIMENA BARON EXPLICÓ POR QUE TIRO AL TACHO SU PROPIO DISCO
“Esas no vieron la luz. Un disco casi entero lo tiré a la basura. Confié en mí”, se sinceró la actriz y cantante que luego, en diálogo con Migue Granados, sumó: “Ahí dije no, paremos. Estaba un poco llevada por la industria, de que hay que hacer esto, hay que hacer reggaeton, pa ti, pa mi, dámelo”.
“Después dije no. ¿Por qué estoy haciendo esto? Entonces frené. Yo tengo sueño, quiero ir a dormir, no quiero ir al party. Tengo que hacer la vianda, tengo que hacer patitas, con el pibe a las 7”, remató Barón aportando su humor ácido en cuanto a que priorizó en su música su rol de artista, madre y trabajadora.
