Los chats de Fede Bal con cuanta mujer se le cruzó en el camino dominaron la escena de la farándula en los últimos días. Por lo menos hasta que Alfa fue derrotado por Romina y debió abandonar La Casa de Gran Hermano, los mensajes del actor y sus "mil amantes" fueron motivo de comentario aquí y allá, en uno y en otro lugar, en la tele y en la radio, en las redes sociales y en los portales web. En medio de una oleada de desmentidas, Jorge Rial dio un dato que puede revolucionar el asunto: según él, todos los mensajes son ciertos.
A medida que pasaron los días todos se olvidaron de cómo empezó el escándalo que tiene en vilo al ambiente mediático: Sofía Aldrey, novia de Fede hasta hace tres semanas o un mes, descubrió a través de su celular que el lavarropas de su muchacho se ponía en funcionamiento a las tres de la madrugada. Sospechó que algo raro sucedía y comprobó que a esa hora se ponían a lavar las sábanas del actor. ¿Qué otra cosa podía ser que "eliminar rastros" de otras mujeres esa conducta?
La sospecha llevó a Sofía a revisar la computadora que usaban ambos. No debió meterse ni irrumpir: los dos tenían la clave. Lo que descubrió casi la tumba, pero logró mantenerse en pie y enfilar rumbo a la puerta, que cruzó para no volver más, por lo menos como pareja del protagonista de Kinky Boots. Había una "cantidad infernal" de conversaciones subidas de tono con otras mujeres, algunas de ellas muy famosas. Con todo el mundo hablando del tema, no tardaron en aparecer los primeros nombres.
Las mujeres involucradas empezaron a dar la cara. Claudia Albertario no sólo habló del tema, sino que entre otras cosas admitió haber tenido algo con Fede, al que definió -palabras más, palabras menos- como un amigo con derecho a otros momentos "de adultos libres y solos emocionalmente". Pero fue la única que reconocido su intimidad con el galán.
Hubo otras que no negaron un vínculo con Federico, pero lo ubicaron en el plano de la amistad. Y nada más. Lo que negaron con ahínco y fervor fueron los chats. La veracidad de lo que se vio y se dijo. Florencia de la Ve, íntima de Bal, se apuró en argumentar que las conversaciones que trascendieron no eran ciertas, y que se las había difundido para discriminarla. Lourdes Sánchez, por su parte, casi que hasta bromeó al negar que hayan sido ciertas esas conversaciones.
En medio de esa avalancha de negativas, Jorge Rial volvió a su cuenta de Twitter, la misma donde había escrito que "el quilombo se va a armar cuando la conductora tenga que hablar de sus propios chats", para señalar algo que puede patear el tablero "del caso". Manso y tranquilo como desde que dejó de ser el conductor de Intrusos, desde su teléfono celular manifestó que "Todos los chats son ciertos. Repito: todos los chats son ciertos". Por si no era suficiente con una, dos veces lo dijo. Y si lo dice Rial...
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