José Bianco es, por lejos, el número uno entre los meteorólogos de la televisión argentina, esa raza tan particular que se metió en millones de hogares y con una simple opinión puede decidir qué ropa se pone la gente para ir a la calle, si agarra el paraguas o lo deja en el ropero o a qué hora prender el fuego para el asado sin correr el riesgo de enfrentar lluvias o tormentas malditas.
Bianco es una especie de aventurero que se arriesga a las notas más difíciles. Puede meterse en el medio de un tornado, esperar un huracán sin guarecerse en una casa o pararse debajo de un concierto de rayos sin perder la sonrisa ni la pasión que siente por los fenómenos de ese tipo. El público, pero sobre todo las mujeres, adora esa valentía y esa forma de ser tan vehemente.

Por la cuarentena, el bahiense sale al aire desde su casa. Y como “estar en casa es muy bueno”, lo acompaña un “compañero de trabajo” muy especial: su perrito Nilo, al que le entrega la misma devoción que le pone al laburo. “A Nilo le encanta la cámara”, escribió Bianco, mientras salía al aire, en su cuenta de Instagram.
En esa red social, precisamente, el pronosticador le hizo una cuenta propia a su perro, al que llama Nilo Bianco Blanco: Blanco es el apellido de su pareja, la modelo misionera Laura Blanco. Así que Nilo, como para millones de dueños, es como un hijo. Y así es tratado. Al pichicho no le va nada mal en las redes: tiene 19.200 seguidores y cada una de sus “publicaciones” recibe miles de likes.

En su “bio”, Bianco y Laura definieron a Nilo de la siguiente manera: “Soy de Capital Federal, Argentina. Me gusta ladrar en los portones, correr sin parar y saludar a los humanos”. En medio de la cuarentena y de todas las polémicas, una historia de amor. Del más dulce y tierno amor.
