Si bien lleva años en el derecho penal, su salto a la popularidad se dio cuando se convirtió en el abogado de Andrea del Boca. Desde entonces, su nombre y su rostro se convirtieron en moneda corriente en los medios. Sin embargo, lo que no se conocía de este seductor letrado es que debajo de los trajes que acostumbra vestir se encontraba un cuerpo tallado, trabajado y que, sin dudas, despierta suspiros. Sexy, inteligente, divertido… ¿y soltero?
“Desde los 17 años que me dedico al derecho penal, vengo de una familia donde mi padre es juez de cámara de la Nación, y mi madre y mis hermanas son abogadas. Siempre ligado a los cargos públicos, y desde hace diez años me dedico a la función privada de abogado penalista, con un estudio grande. Asesoro políticos, famosos, deportistas… Algunos de esos clientes son con casos de exposición pura en los medios, y otros muchos que defiendo y asesoro no tienen notoriedad y damos la reserva que necesitan. Me apasiona el derecho penal, me atrapa”, arranca Juan Pablo Fioribello.
Tímido pero lejos de esquivar el tema en lo que a su vida privada concierne, continúa: “En paralelo a todo esto soy una persona, un hombre de 45 años que me dediqué toda la vida al deporte. Son mi cable a tierra los deportes y la vida sana. Desde los 5 años que arranqué haciendo judo, pasé por muchas disciplinas, artes marciales, tiro, esquí. Me ocupa mucho tiempo el deporte porque me encanta. Soy una persona súper sana que no consumo alcohol, no me drogo, no fumo, me cuido en la alimentación, trato de cuidar mi cuerpo y mi mente. Todo lo que hace mal lo corro a un lado. Toda la vida comí sano. Vengo de una familia donde la alimentación era un tema importante. Sí me doy gustos, como mucho helado, que me gusta. Actualmente entreno, pero menos que antes. Salgo a correr y a entrenar, y trato de mantener el estado físico”.
–Se te ve espléndido, ¿tenés algún complejo?
–Soy una persona bastante segura. No tengo complejos pero, por ejemplo, nunca aprendí a cocinar. Me encantaría aprender eso y a cantar tango, porque me encanta esa música. No bailo pero voy a lugares a ver cantantes de tango. Creo que en algún momento de la vida voy a aprender.
–Vivís solo, ¿sos estructurado?
–En cuanto a mi casa soy muy ordenado, no obsesivo, pero limpio. Soy muy ordenado en mi vida, y mi casa es un reflejo de cómo soy.
–¿Cómo te llevás con la paternidad?
–León tiene 5 años y tenemos una relación excelente. Soy un papá muy presente. El comparte conmigo gran parte de la semana, un día y un día. Con su mamá nos separamos cuando León era muy chiquito y tenemos una linda relación. Lo llevo al colegio, al pediatra, a hacer deportes. Mi cable a tierra es él, mi mundo pasa por él y tengo un amor desmedido, imposible de imaginar, y estoy enamorado de mi hijo.
–¿Qué te atrae de una mujer?
–Con respecto a las mujeres estoy retirado de las pistas, abocado a mi vida, mi trabajo, mi hijo. No tengo mucho tiempo libre. ¿Mujer ideal? No creo que haya una. He conocido mujeres deslumbrantes, no a nivel físico sino personal. Tuve la suerte de toparme con mujeres que me han nutrido y enseñado mucho. Sigo aprendiendo de las mujeres y soy admirador de ellas. Nos llevan un cuarto de rosca más a todos. Hoy estoy soltero, no estoy buscando tampoco una pareja. Creo que las cosas se dan en forma natural, y si llega, bienvenida. Estoy disfrutando de mis tiempos y de la soltería para conectar con mi hijo, mis cosas, mi cuerpo.
–¿Una cita ideal?
–Soy muy simple y sencillo, por más que me hagan parecer con aires de divo. Tengo los mismos amigos del secundario, me gusta jugar a las cartas, no necesito lo excéntrico y extravagante para encontrar felicidad. Con una mujer me pasa lo mismo, no busco la estrella de Hollywood o la figura. A veces se conecta con mujeres que nos sorprenden con la sencillez. La sinceridad me gusta, y me alejo de la gente tóxica.