Dentro de la variopinta gama de personalidades de Gran Hermano, Juan Reverdito brilló con su propia luz, una que se tiñó por las polémicas, por las conspiraciones y por sus modismos particulares. A pesar de la eliminación algo temprana, el taxista sintió la necesidad de homenajear su paso por el reality.
El hombre de 42 años continúa latente y muy expectante de la posibilidad de reinsertarse al programa, a partir de la ventana que abrirá la producción en diciembre, donde se estima que volverían dos de los eliminados e incluso se prevé que entrarían tres nuevos.
Juan ha recorrido los programas de Telefe para contar su experiencia, y en la mayoría reconoció que no era verdaderamente él, que supo mostrarse acorde a su personalidad, sino que optó por un camino para jugar y que desea otra oportunidad.
Evidentemente todo lo que experimentó en la casa lo marcó a fuego, a tal punto que tomó la decisión de tatuarse una frase suya, una declaración que repitió en infinidad de ocasiones. Una determinación jugada, que grafica un poco su semblante.
En las últimas horas, Juan se sumergió en un estudio de tatuajes, se prestó a que un artista jugará con su brazo y así dejó impregnada en su piel dos palabras muy representativas, con un diseño original en cuanto a la composición de la tipografía.
En definitiva, Reverdito le pidió al tatuador que inscribiera para siempre en su dermis: “Me equivoqué”. Impresionante. Una especie de catarsis para sanar su desenvolvimiento por el reality y para demostrarle a los televidentes que en caso de una segunda chance, se portará de otra manera.