Julián Weich (54), quien no suele dar muchas entrevistas, habló con el ciclo radial Por si las moscas, por La Once Diez, y apuntó a la televisión. Ratificó su postura frente a los programas de espectáculos y chimentos y aseguró que no buscan calidad.
"Se habla de otras personas buscando hacer daño y los que hacen la televisión no les importa. Los noticieros igual, los programas de espectáculos, los de chimentos", expresó. Y después defendió a las ficciones. "Las ficciones son las únicas que no tienen formato para hacer daño. Lo demás es ir a cualquier lado, a cualquier costo. Es ‘a ver a quién matamos hoy’”, dijo.
Además, destacó que antes eso era algo reservado exclusivamente a los programas de espectáculos y que hoy se extendió. “Estaba acotado o limitado a un espacio pequeño, como el programa de Lucho Avilés, ahora eso fue agravado por las redes, y con tantos programas iguales se arma como un loop permanente”, expresó el actor.
“Siento que no hay un interés en hacer una televisión de calidad, eso es lo que más me duele a mí", explicó Julián.
“Lucho Avilés dejó muchos hijos malos en la televisión. Entonces ahora duele, duele horrores, te lastiman”, reflexionó. “No entiendo el beneficio de esto, a veces algunas víctimas de esa exposición les gusta porque se hacen famosas y hablan de ellos. Pero en general dañan”, siguió.
“El otro día fui a llevar unas donaciones a un hospital con Unicef y me dijeron que antes de la pandemia recibían dos heridos de bala por día, y ahora ninguno. En la televisión hay un muerto cada dos horas”, reflexionó. “Capitalizan el miedo de la gente”, siguió.
Y después, habló de otra experiencia propia. “Recuerdo cuando tuve que entrevistar a la madre de los chicos que mataron mientras viajaban en un 147, lo primero que le pregunté fue si tenía ganas de hablar conmigo”, evocó. “Cuando me dijo que sí, que le hacía bien, recién ahí accedí. No se puede aprovechar de una mujer con tanto dolor por un punto de rating”, contó.
“La responsabilidad de los medios de comunicación que tienen tanta injerencia en la gente, es enorme. Si no después no nos quejemos", dijo Weich.
“Siento que no hay un interés en hacer una televisión de calidad, eso es lo que más me duele a mí. Yo miro mucha tele y no entiendo cómo puede ser que el periodista hable peor que el convicto. Usar determinadas palabras en lugar de otras tiene que ver con una cuestión de buen gusto”, insistió crítico.
“Los canales ya no tienen identidad. Antes había una competencia para que los canales se diferencien entre sí con distintas características. Son una oferta más de la grilla”, lanzó. “La responsabilidad de los medios de comunicación que tienen tanta injerencia en la gente, es enorme. Si no después no nos quejemos de lo que nos pasa”, finalizó.