A una semana y media del arranque de Gran Hermano, Juliana “Furia” Scaglione lo está dando todo. A falta de romances, alianzas, traiciones o internas realmente candentes, la doble de riesgo le puso el cuerpo al reality y anda a los gritos por toda la casa. Y eso, a Julieta Poggio, no le va.
Juliana se pelea, habla sola, insulta a todos, pidió por favor que la saquen de competencia, luego se arrepintió y anduvo rogando quedarse… En fin, en unos pocos días, la Scaglione ya hartó a todos sus hermanitos, se peleó feo con varios, pero da mucho que hablar en redes y por eso, seguirá, al menos un par de semanas más.
Y mientras algunos en la casa piensan que Furia es “intocable”, en el afuera Julieta analizó sus actitudes, disociadas de su discurso. Como quedó en evidencia en la noche del martes, cuando en una rueda de llanto con Santiago del Moro, Juliana se pronunció.
“Tienen que aprender que, más allá de tener dolores, no hace falta lastimar a los otros por estar dolidos”, dijo Furia luego de los testimonios a lágrima viva de Manzana y Williams, que pasó una durísima infancia, al igual que ella, quien djo haber crecido en una casa llena de gritos, con un padre ausente.
LAS CONTRADICTORAS DECLARACIONES DE FURIA EN GRAN HERMANO
Pero lo más sorprendente llegó después. “Estar roto no significa romper y a veces veo gente que está dolida en la vida como yo pero no se da cuenta de lo que está haciendo en una convivencia: puterío, malos tratos y cosas intensas”, dijo.
“Así como hablo de mi dolor, yo hago reír a las personas, a pesar de todo lo que me pasó. Yo recuperé mi casa y todos los días pido una peluca para reírme con los demás”, cerró Furia. Y luego, en A la Barbarossa, Poggio la cuestionó, filosa.
“Yo siento contradictorio estos dichos de ella porque descarga, muchas veces, su bronca y está de mal humor”, indicó, y concluyó: “La verdad es que no veo que esté haciendo reír o haciendo chistes”.