En la noche del martes, Justina Bustos estuvo como invitada al ciclo Los Mammones en donde rememoró sus inicios en el mundo del espectáculo, recordó sus papeles con importantísimos personajes del ambiente y habló sobre situaciones de su vida personal nunca antes reveladas.
Dentro de este contexto de intimidad, la actriz se animó a confesarle al conductor, Jey Mammon, cómo fue el terrible momento en el que viajó hacia el continente africano para rodar un film y debió permanecer hospitalizada por más de un mes, a causa del coronavirus que aún mantiene en vilo al mundo entero.
“Fuimos a filmar una película con un montón de presupuesto a la Isla Mauricio que es un lugar paradisíaco en África. Pero fuimos dos veces, en la primera todavía no había llegado el Covid a la isla, llegó y tuvimos que huir”, comenzó explicando la modelo.
Asimismo, detalló cómo comenzó la mala experiencia que tuvo que atravesar: “Volvimos en el medio de la pandemia, en septiembre del año pasado. Ahí se abre la isla para dos aviones, uno era para nosotros, todo el elenco. Yo salgo desde París, con el hisopado negativo. Llego y me da positivo… Y me llevan”.
“De repente veo toda una gente entubada y vestida de blanca, no sabía a dónde iba, al final me llevan al hospital público, que no tiene las mejores condiciones para nada. La isla estaba casi libre de Covid, entonces yo era una amenaza, porque no había casos”, agregó recordando aquel día.
No obstante, uno de los peores momentos llegó cuando entró al establecimiento médico: “Llego y no había nadie en esta sala, y pensé que en quince días salía. A la primera noche cae una mujer de la India, como en el medio de la penumbra. Se sienta en una cama y me dice ‘estamos en las manos de Dios’. Igual, en ese momento de soledad, pensé que era genial compartir una experiencia con ella”.
“A mí me seguía dando positivo, cada tres días me testeaban. Vino a verme todo el mundo, la autoridad máxima de la isla, hablé con embajadores. Lo peor es que estaba sin síntomas encima y yo ya tenía anticuerpos”, continuó explicando Justina.
Dentro de este contexto, Bustos reveló cómo fue la atención recibida y que su caso fue considerado como uno de los pocos que se vivieron dentro de la isla: “La experiencia es tremenda, porque estaba en una isla y no nos trataban. El equipo médico cambiaba cada semana y ni teníamos relación con ellos. Estuve 33 días y mi mente empezó a enloquecerme. Tenía muchísimo miedo”.
"Estaba en una isla y no nos trataban. El equipo médico cambiaba cada semana y ni teníamos relación con ellos. Estuve 33 días y mi mente empezó a enloquecerme. Tenía muchísimo miedo”
“Lo que más tenía que controlar eran las emociones, pero no podía. Me ofrecían pastillas para dormir y pastillas para estar despierta durante el día… Al principio no las tomaba obviamente, pero al final sí”, rememoró con angustia.
Asimismo, la actriz explicó que tenía su celular cerca para poder mantener conversaciones con sus amistades y seres queridos: “Estaba siempre en contacto con mi familia igual. Y la película seguía rodando y a mí me llamaban para ver si estaba lista para rodar, pero les decía que no me dejaban salir, que estaba encerrada”.