Desde su casa, cumpliendo la cuarentena obligatoria, Karina La Princesita activó las respuestas en las Stories de Instagram e intercambió varios mensajes con sus seguidores, quienes le preguntaron sobre varias cuestiones de su vida privada .
Una de ellas, detalles de su separación con Ezequiel, El Polaco, padre de su hija Sol. Un usuario le preguntó si el cantante fue el amor de su vida y la rubia respondió con seguridad que no: "No. El único amor de mi vida es y será mi hija"
En esa misma línea, otra usuaria le preguntó cómo fueron los días posteriores a la separación: "Habrá dolido pero no el hecho de que alguien rehaga su vida si no por haber sido tan rápido. Pero ya quedó muy atrás. No recuerdo. Habré llorado, seguramente"
Recordamos que ambos se conocieron muy jóvenes y vivieron una historia de amor. En pleno éxito de ambos en el plano laboral, tuvieron a su primera hija juntos, Sol. Pero luego de un tiempo, decidieron separarse y tomaron caminos diferentes.
"HABRÁ DOLIDO PERO NO POR EL HECHO DE QUE ALGUIEN REHAGA SU VIDA SINO POR HABER SIDO TAN RÁPIDO. HABRÉ LLORADO, SEGURO"
En cuanto a él, estuvo en pareja con Valeria Aquino, quienes años después se convirtió en la madre de su segunda hija, Alma. Pero la relación no funcionó y se separaron. Meses después, Ezequiel tuvo un fugaz y tormentoso romance con Silvina Luna. Y finalmente, comenzó un noviazgo con Barby Silenzi, quien actualmente se encuentra embarazada de Abril.
En cambio, Karina optó por un perfil más bajo y solo se le conoció una sola pareja: Sergio, El kun Aguero, quienes salieron varios años.
Sobre las segundas oportunidades
Hacia el final del cuestionario, le consultaron sobre las segundas oportunidades amorosas y la artista se mostró dubitativa: "¡Uh! Lo único que puedo hacer es decirte qué haría yo en tu lugar. Si se aman y vos a él o ella, las segundas oportunidades tal vez sean lindas".
"Pero si amaras no me estarías preguntando, lo harías y ya. Si fue por engaño o por algo malo, la Karina ingenua tal vez creería y volvería. La Karina pilla no. Porque con los años entendés que aunque lloren, pataleen y te juren las personas raramente cambian", cerró.
