El encierro entre esas paredes, la desconexión absoluta con la realidad, las dinámicas de las relaciones interpersonales forzadas. Todos esos rasgos de Gran Hermano puede convertirse en una bola de nieve que cae sobre la psiquis de los participantes, como le sucede a Agostina.
Spinelli transita por un estadío complejo, lleno de espinas que la laceran, al menos así lo siente. Todo se configura con el panorama de los últimos movimientos de la casa, como el abandono espontáneo de Carla De Stefano, quien decidió bajarse del show, o la eliminación de Catalina.
Agostina percibe que la pérdida de dos personas de confianza la complicaron, por eso confesó todo lo que padece en su interior en una conversación que mantuvo con Joel Ojeda en el parque. Ahí, abrió su corazón de par en par e iluminó su sufrimiento, su honda tristeza.
La morocha reconoció que algo se modificó en su semblante, hasta el punto de la desmotivación total de realizar acciones cotidianas. "Está todo bien con todos pero ya no es lo mismo. No me siento... no tengo ganas de cambiarme, no tengo ganas de bañarme. No tengo ganas de tomar sol, no tengo ganas de nada”, expresó.
LA TRISTEZA DE AGOSTINA EN GRAN HERMANO
Movilizada, Agostina también reconoció que en algún punto de su mente anhela la posibilidad de ser la próxima eliminada del certamen. “Pienso nada más en la posibilidad de quedar nominada y que el domingo me vaya. Es tristísimo lo que me pasa", contó.
Joel procuró tranquilizarla y le dijo: "Igual, no te martirices Agos porque es entendible. Les pasa a todos los que están acá". Eso activó una conmovedora revelación de Spinelli: "Sí, pero una cosa es que te pase con tu gente en la que te apoyás y otra cosa es que te pase estando sola”. Y cerró con la fortísima frase: “Yo me siento sola".