Aunque vive en uno de los rincones más coquetos de la ciudad de Buenos Aires (y de la Argentina toda), pasa sus vacaciones en playas y destinos que son un paraíso y podría conocer el rincón que se le ocurra del planeta, Guillermina Valdés nunca se olvida de Necochea, la ciudad costeña donde nació y pasó los felices años de la infancia y la adolescencia.
Incluso, vuelve cuando puede y lo deja retratado en sus redes sociales. La mujer de Marcelo Tinelli, acaso el hombre más famoso y uno de los mas influyentes y poderosos del país, adora a la localidad ubicada a unos 515 kilómetros al sur de la Capital Federal reconocida por su playas enormes aunque algo ventosas, el parque Miguel Lillo y el puerto que comparte con su vecina Quequén.
Pero las sonrisas y los buenos recuerdos que le genera Necochea se le volvieron una enorme sensación de angustia cuando se quemó y quedó prácticamente destruido el teatro donde debutó como modelo. El edificio revista también como "casino", algo que no le agrada mucho a la modelo.
"Más allá de que no me gustan los casinos, no puedo creer que se esté quemando ese espacio de mi querida ciudad" escribió la también empresaria en su cuenta de Twitter. "Es un espacio que tiene que ver con nuestra historia y donde pasé momentos increíbles porque no era solo un lugar de juego. Necochea hoy" remató.
"Ese espacio llamado "Casino de Necochea" -agregó, compungida pero dispuesta a visibilizar lo que pasa en su lugar de nacimiento- tenía un teatro con una acústica increíble, una pista de patinaje, una pileta y un espacio común que no fue realmente aprovechado y mantenido en el último tiempo. Me da muchísima pena lo que está pasando".
Cuando una usuaria le recordó que ese escenario había "debutado profesionalmente" ("¿Te acordás Guillermina que hace 30 años desfilaste ahí para el local de Benetton?" le puso) ella respondió que "si, mi primer trabajo, ahí". Cuando otra seguidora le dijo que "la culpa no es de nosotros, los ciudadanos, sino de la desidia de los gobiernos", le contestó "lo sé, me lo cuentan cada vez que vuelvo a mi ciudad".
Recientemente reconciliada con Marcelo Tinelli, con quien protagonizó un breve pero muy ruidoso cortocircuito en plena pandemia, Guillermina utiliza sus cuentas en las redes sociales tanto para promocionar los productos de su marca como para hacerse eco de cuestiones ambientales que, se ve, la tienen muy preocupada.
La contaminación del aire y de los suelos, el cambio climático, la preservación de las especies y el calentamiento global son solo algunas de las problemáticas en las que sabe manifestarse exigiendo "racionalidad" y "comprensión" a las autoridades. Se la podría considerar "una activista digital" en pos de la salud del planeta.
En ese ámbito virtual, además, Guillermina protagonizó un especie de "pequeño chispazo" cuando verbalizó una queja al advertir que los medios daban como "hecha" su vuelta con Tinelli. La respuesta de los portales fue inmediata: desmintieron el regreso, tras lo que tuvo que aclarar que la reconciliación no estaba "definida" pero sí "en camino de concretarse".
Finalmente, subieron un video a Insta en donde dejaban en claro que las diferencias (se dijo que ella le pedía "un poco más de tiempo para la familia y no tanto para las múltiples obligaciones obligaciones profesionales y sociales") habían quedado de lado y que encaraban otra vez una vida en común.
Porque, se sabe, donde hubo fuego (¡¡justo!!) cenizas quedan.
