Cuando ya pasaron 16 años del éxito de Patito Feo, una de las actrices que protagonizaron aquella ficción decidió cambiar de vida de manera radical. Ella es Camila Salazar, la hermana de Luli Salazar.
Las compañeras de elenco sí continúan en el medio artístico, como Brenda Asnicar, Eva de Dominici y Thelma Fardín, entre otras. Sin embargo, Camila Salazar cambió de rumbo: se fue a vivir a Ibiza y se convirtió en psicóloga.
“Volvería a actuar porque me encanta, pero debería cuadrar mi agenda. No puedo dejar de atender a un paciente de un día para el otro. Tengo un compromiso. Y estoy en una isla. En casa no tengo ni televisión, ni siquiera sé si hay un canal en Ibiza”, comentó en una entrevista con La Nación.
Sobre los motivos por los que decidió estudiar psicología, Camila Salazar contó que sus padres le habían inculcado el estudio, basándose en la poca estabilidad que hay para los actores en el mundo artístico.
“Entiendo la preocupación de mi papá, que no quería que me quedara solo con la actuación. La familia pesa mucho y seguí una carrera universitaria. Me tomé un año sabático porque venía de hacer giras con Patito Feo y tampoco sabía bien qué estudiar. Hasta que investigué los planes de estudio de las universidades y así llegué a la de Belgrano, a Psicología”, explicó.
No obstante, Camila Salazar contó que tuvo posibilidades de volver a la televisión. “Me llamaron para sumarme a Combate, como cronista. Me gustó mucho porque tenía que hacer entrevistas y pude condensar las dos cosas que más me gustan, la psicología y la actuación”, reveló.
La hermana de Luciana Salazar se casó con el productor Juan Ignacio Melitón, con quien se mudó a España. Hoy, sus días transcurren en una casa de Santa Eulalia, frente al mar. Él se dedica al negocio de las criptomonedas, mientras ella atiende a sus pacientes online desde su casa.
“Tengo pacientes argentinos que viven en distintas partes del mundo. Está bueno porque me encontré con un nicho de gente que postergaba hacer terapia porque no se entendían; hablamos el mismo idioma, pero a veces no terminás de conectar y los modismos y la cultura, sin bien son parecidos, tienen puntos que son muy diferentes”, cerró.