Su habilidad en los estrados judiciales le dio la oportunidad de lucirse como abogado, pero su fluido manejo ante las cámaras lo hizo conocido. Fernando Burlando (55) es más que un letrado para el común de la gente. Es todo un personaje televisivo. Junto a su mujer, la bella Barby Franco (31), el jurista forma una de las parejas más mediáticas del mundo del espectáculo. A pesar de algunas quejas que él le hizo a ella en esta cuarentena.
De gustos excéntricos, Burlando refleja en su casa cada detalle de su personalidad. Allí, en la mansión que ocupa junto a Barby en el coqueto Barrio Parque, el abogado alza su santuario. Detrás de la impresionante fachada blanca y negra se abre un mundo, su mundo.
Un enorme living recibe a quien traspasa la puerta. La decoración, plagada de madera oscura es apenas algo de lo más llamativo. Es que una gran moto y un florero del año 1200 forman parte de la deco. Una enorme mesa ocupa el comedor. Y una gran la lámpara colgante de cristal ocupa prácticamente toda la longitud de la mesa. Un vajillero se alza detrás de la mesa. Allí descansa la cristalería que Barby saca a relucir cuando reciben invitados. En el campo, la historia es otra. ¡Pero también vale la pena mirarla!
La biblioteca ocupa un importante lugar del living, donde un sillón blanco, al mejor estilo diván de psicoanálisis, invita a relajarse, para quizás leer un poco. Un detalle de excentricidad que tiene el enorme caserón es que tiene un ascensor. Sí señora, ¡un ascensor con luces azules!
Pero sin dudas los aplausos se los lleva un espacio muy especial…un enorme salón donde se alza una gran barra de tragos, donde suena la música y las bolas de boliche y las luces láser hacen lo suyo. Una batería y varios instrumentos musicales decoran el lugar. “Este es mi lugar, mi spa”, dijo Barby en Pampita Online. “Han venido varios artistas a cantar: Valeria Lynch, El Polaco…Son amigos, vienen, se copan y empiezan a cantar. Acá la pasamos re bien”, agregó. Allí pueden entrar hasta 50 personas.
La cocina merece un espacio aparte. De grandes dimensiones, con una gran isla y un lujo pasmoso, el blanco y negro otra vez acapara la visual.
La habitación del doctor y Barby deja a quien la visita con la boca abierta. Un gigante vestidor se alza sobre ambos lados de un enorme pasillo, antes de entrar a lo que Barby llama el nido de amor. En el cuarto hay un microondas y frigobar. El sauna es un gustito más del abogado y su mujer. El baño en blanco, negro y plateado tiene un gran jacuzzi.
La piscina, con deck de madera alrededor, tiene olas que son activadas mediante un sistema eléctrico. Allí, Burlando, fanático de la natación, entrena contra corriente. Sin dudas, un hogar para conocer y disfrutar.
