Si hay algo que le agregó felicidad a la vida de Alejandro Wiebe, mejor conocido como Marley (49), fue la llegada de Mirko a su vida. La paternidad le dio al conductor de Telefe la gota de color que hace su vida más linda aún.
Eso se nota en sus ojos, en la alegría que transmiten cuando habla de su hijo, concebido en Estados Unidos, a través de la subrogación de vientre. Y desde el nacimiento de su chiquito, su enorme casa se convirtió en un búnker colorido, repleto de juguetes, sonajeros, autitos y detalles infantiles.
Marley y Mirko habitan una impresionante casa de dos plantas, con enormes ventanales. En ella abunda la madera, un material noble que otorga carácter, pero también calidez. Las amplias puertas ventanas conectan la cocina y el living con el enorme jardín, donde está la piscina.
Marley prioriza la comodidad de su hijo y permite que su chiquito deje los juguetes desparramados por toda la casa.
Ahora bien, el asunto de la decoración quedó en segundo plano en el caso del conductor. ¿Por qué? Porque Marley prioriza la comodidad de su hijo y permite que su chiquito deje los juguetes desparramados por toda la casa.
En el cuarto de Mirko, una hermosa cuna de hierro color blanco acapara la atención. Es el regalo que su madrina, Susana Giménez, le obsequió al nacer. Mesita y sillitas bajas, alfombrita y baúl, todo lo que Mirko necesita para jugar está allí.
Y si hay alguien que juega con su chiquito es Marley. Durante los días en cuarentena social, preventiva y obligatoria el conductor hace de todo con Mirko: cocinan, cortan flores del jardín y arman arreglos florales, hacen huevos de pascuas y entrenan saltando a la soga.
Cada día que pasa es una nueva aventura en la vida del animador en compañía de lo más lindo que tiene en la vida: su hermoso hijo, Mirko. Mirá otros rincones de la hermosa casa de Marley.