Marcos es un gran amante de la comida, de hecho, sufrió varios problemas de salud en Gran Hermano por no poder alimentarse como estaba acostumbrado. En esta ocasión, el joven pudo disfrutar de las empanadas que preparó Romina y volvió a ser feliz.
Durante el domingo 19 de marzo, la última gala de eliminación de la edición actual del reality, los participantes disfrutaron del almuerzo que hizo la ex diputada. Cabe recordar que Uhrig tomó las riendas de la casa, pero con su salida los tres finalistas deberán ver quién ocupa su lugar.
Desde el inicio del programa que conduce Santiago del Moro, el oriundo de Salta mostró su amor por la comida, más cuando se trata de platos típicos de su provincia. En una ocasión Daniela le preguntó si el locro se vendía en el norte como los panchos en BA, a lo que él confesó que si, que casi todos los días compraba locro en la calle y lo comía.
Al parecer el último mes fue bastante bueno para el competidor, ya que no solo se convirtió en el primer finalista del ciclo de Telefe, sino que pudo reencontrarse con su hermana que vive en Francia. Como también pudo ver a su papá, quien le llevó la comida que más le gustaba para que disfrutara cuando quisiera.
EL AMOR DE MARCOS DE GRAN HERMANO POR LA COMIDA
Todo comenzó cuando Julieta Poggio le pidió que parara un poco, que aún quedaban otros platos por servir y no debía llenarse para probarlos. En ese instante no le hizo caso y siguió comiendo como lo venía haciendo, pero ante la insistencia de su compañera tuvo que reaccionar.
Con una empanada en la mano, Marcos dejó en claro que no limitaría con la comida, para él hay que aprovechar al máximo lo que a uno le gusta, en su caso la comida: "Yo creo que me voy a comer seis. No sé cuántas llevo, pero.... Igual son grandes. No no, yo no me guardo nada. La vida es una".
