Para muchos ya se ha ganado el mote de “madraza”, pues Paula Chaves, claramente, hace rato que eligió invertir sus energías prioritariamente en la crianza de sus hijos. En pareja con Pedro Alfonso desde aquella inolvidable noche, en la que Marcelo Tinelli ofició de cupido en pleno Bailando por un Sueño, la modelo ya manifestó en varias ocasiones de qué manera analiza la maternidad.
Para ella, no hay edad límite para el colecho y si eso implica “invitar a retirarse” de su cama a su propio marido, se debe ir directamente al grano. De hecho, el propio Peter ya aceptó más de una vez abandonar la habitación matrimonial con tal de cumplirle el deseo y, de paso, hallar un poco más de comodidad para el descanso nocturno.
Las reglas son inviolables para la conductora, quien, sea verbalmente en diferentes entrevistas o bien por las redes sociales, sostiene su postura e inclusive comparte con sus seguidores por instagram distintas sensaciones que le dejan las experiencias familiares que transita cotidianamente. En esta oportunidad, Paula quiso difundir su felicidad por un recuerdo entrañable, relacionado a la llegada de Baltazar.
“Pensar que hace tres años a esta hora estábamos trabajando para lograr su nacimiento tan deseado. Rompí bolsa el 30 de septiembre y nació el 2 de octubre”, escribió la modelo, mediante un mensaje superpuesto a una foto que la muestra con su bebé dormido en su falda.
Todos juntos
Baltazar , el más chico de su “parejita”, ya que su hermana Olivia lo duplica en edad, acaba de soplar nada menos que su tercera velita.
Y para su mamá, por supuesto, esto no representa un hecho menor, lógicamente por el vínculo y por lo que significa en su vida, aunque también por las tareas de parto que afrontó oportunamente para acortar los plazos y por especial recomendación de su obstetra.
Por ende, tal como procede cuando pretende interactuar con sus seguidores, le dedicó en las redes un tierno mensaje a Baltazar y lo ilustró con una imagen que ha documentado un momento simple, pero único. Y que desde luego quedará inmortalizado en la memoria de su mamá… o mejor dicho, de su “madraza”.