Histriónica, directa y divertida. Verónica Lozano siempre aborda temas personales con una capacidad muy interesante, no le esquiva al bulto y transmite con naturalidad lo que acontece en su cotidianidad. En ese aspecto ha sorprendido más de una vez sobre su pareja con Corcho Rodríguez.
Hace unos meses, la conductora describió que durante la cuarentena más estricta habían adoptado un mecanismo peculiar con su esposo, que refería a que cada uno tuviera su espacio para dormir, su propio cuarto.
En los últimos días, Vero volvió a profundizar en ese amor tan especial, que los une desde el 2008 y del que nació Antonia. En cuanto a los dotes de Corcho, la animadora manifestó: "Él seduce hasta a un colibrí, él te invita y te hace la pizza, te amasa y te sirve el vino. Es encantador y muy amoroso. Él es muy estético, muy puntilloso”.
En esa entrevista con el ciclo No se puede vivir del amor, en la radio La Once Diez, Lozano reveló un rasgo particular de Rodríguez, que se vincula con la pulcritud y las emociones, al punto que lo resumió como que posee más características femeninas que ella.
“Si vamos a lo binario, él es más mujer que yo. Tiene que estar todo impecable, rompe las pelotas de lo lindo. Es bastante sensible y bastante llorón”, describió Verónica y generó sorpresa, así como construyó un grato momento con su humor habitual.
En ese raid de confesiones, la comunicadora también ponderó que su marido ha cambiado en consonancia con los tiempos que corren: “Gracias a su hija, de 33 años, Jorge se ha deconstruido bastante. Es muy distinto al Jorge que yo conocí. En muchos aspectos está mucho más abierto en cuanto a los estereotipos, lo que hace una mujer y un hombre".
Y como si fuese poco, Lozano se animó a abordar el tópico de las infidelidades o su postura frente a ciertos permitidos. Así, Vero expresó: “Yo siempre digo ‘a mí no me lastimes, si cada uno quiere tener una cuestión que sea con respeto’. “Si no me cabe la falta de respeto, eso de que tiene dos familias: una en el campo y otra en la ciudad. Pero si te vas de viaje y yo no me entero, si no volvés todo mordido, está todo bien”.