Uno de los personajes más polémicos de los últimos tiempos de Gran Hermano fue sin dudas Tomás Holder, el joven de 21 años venía con cierta fama de Tik Tok, pero para el público televisivo era un desconocido. Si bien fue el primer eliminado, ha sido el participante más buscado por el público.
La vida para el rosarino no ha sido fácil, si bien en las redes se muestra como "un cheto clasista", la realidad es otra, en donde contó sus orígenes humildes y el trastorno que padece sobre su cuerpo: "Quiero estar más grandote. Toda la gente que está en este deporte sufrimos de vigorexia. Es una enfermedad porque nos vemos al espejo y nos sentimos flacos. Entonces, queremos más y más".
"Actualmente estoy pesando 110 kilos y me veo chico. Quiero llegar a 140. Vos me podés decir: “¿Cómo te ves chico si estás gigante?”. Pero no tomamos dimensión porque no podemos ver la realidad de cómo estamos. Mi novia me dice que estoy muy grande ya y a ella no le gusta tanto pero le dije que no me siento lo suficientemente grandote como quisiera. Siento que me falta más y sé que está en mi cabeza. Pero soy consciente de que el día que forme una familia, se termina todo esto. No voy a jugar con estas cosas", sumó.
"Mi cambio fue en una época de transformación no solo física sino también mental. Crecí física y mentalmente también. Cuando era chico, tenía muchas inseguridades por un cuerpo en el que no me sentía del todo bien o cómodo. No me gustaba y de grande por suerte tuve la virtud de que se me haga fácil entrenar", afirmó Holder.
Y agregó: "Hoy en día puedo pasarme dos horas en el gimnasio y me encanta. No la paso mal, lo disfruto y me encantan las dietas y la buena comida. Como seis comidas al día, una cada dos horas y todo lo que hago y transformé mi vida me gusta mucho. Pensá que mi personaje no hubiese triunfado si no fuese con este físico".
En cuanto al uso de anabólicos, señaló: "No tengo ningún problema en decirlo. Son anabólicos y la gente que lo ve mal está totalmente equivocada y tiene la mente muy cerrada. También podríamos ver mal a la gente que se droga en un boliche o que fuma y toma alcohol hasta reventarse el hígado. Si bien me inyecto, hago todo bajo controles médicos y todo con la salud monitoreada".
"Llevo una dieta disciplinada, como sano y en el boliche me vas a ver siempre con una botella de agua pero jamás con alcohol. Soy un chico que duerme la cantidad de horas que tiene que dormir y no le hago daño a nadie, entonces creo que lo que yo me meta en mi cuerpo y haga con mi salud, es tema mío. No tiene por qué molestar a los demás", remarcó.
"Me hago análisis médicos cada dos meses y me da todo bien. Si está todo bien, le podés dar para adelante al organismo. Lo importante es no abusar de las drogas porque, en definitiva, los anabólicos son drogas. Hay que ser cuidadoso y saber decir basta. Tengo meses que estoy activo y paso tres meses metiéndome y luego descanso dos, y así. Siempre tiene que haber un descanso de por medio; no se puede meterse todo el año porque ahí arrancan los problemas", cerró.