"El primer problema es que no tengo novio, y me haría falta uno para tener un bebé" les respondió Cinthia Fernández a sus tres hijas -Francesca, Charis y Bella- cuando ellas les pidieron un hermanito "para jugar, y por ahí que no crezca".
Lo que le dijeron las nenas no la sorprendió. Es, digamos, bastante frecuente que los chicos ensayen planteos de ese tipo. La frase que sobrevino a ese reclamo sí: casi se cae de espaldas.
"Podrías tenerlo con papá" dijo una de las chicas. Las tres jugaban y conversaban con la madre en la casa que habitan en un barrio cerrado al norte del Gran Buenos Aires. Cinthia tardó un par de segundos en contestar. Y su respuesta no dejó dudas. Ni a ellas ni a todos lo que observaron la secuencia a través de las redes sociales.
"¡¡¡Pero ni en peeedooooo!!!" gritó la modelo y bailarina. "La que me faltaba, sería el colmo de mi vida".
Fue el momento más divertido, el pico de rating, de una escena bastante piola que la madre registró en su teléfono celular y un rato más tarde subió a su cuenta de Instagram. Las nenas son una delicia y hace muy poco habían protagonizado otra secuencia llena de ternura, aquella vez jugando con su papá, precisamente.
"Cuando ustedes no quieran jugar conmigo yo voy a poder jugar con el hermano" dijo, risueña, una de las nenas, y Cinthia la interrumpió con la cantinela de que "esta charla estaría siendo bastante preocupante para mi".
PASADO INTENSO, COMO ELLA
Después de una racha de noviazgos que no tuvieron final feliz, Cinthia creyó encontrar al hombre de su vida en Matías Defederico, un futbolista de aparición fulgurante en el Huracán que dirigía Angel Cappa, subcampeón argentino en 2009, con pico máximo en Corinthians de Brasil, donde fue compañero del "Animal" Ronaldo, y luego un largo y poco exitoso derrotero por clubes del país y del mundo.
Tuvieron 3 hijas hermosas y un número nunca precisado de crisis y de idas y vueltas, en general provocadas por su fama de "salidor" y de "muy simpático" y "bastante seductor" con las mujeres.
El entorno familiar tampoco ayudó demasiado. Cinthia, cuyo carácter tampoco es el más sereno, se enfrentó varias veces con su suegra y con su cuñada. Poco después anunciaron la ruptura. Vivir en casas separadas no acalló los escándalos, ahora por el monto de las cuotas alimentaras y la falta de pago de algunas de ellas.
Cinthia volvió a mostrarse sonriente y dichosa cuando anunció su relación con Martín Baclini, un empresario rosarino hasta ahí desconocido para el gran público. La morocha lo llenó de elogios y celebró, efusivamente, que él se llevaba muy bien con las nenas, una circunstancia que considera indispensable.
Incluso, Cinthia lo llevó al Bailando. Tremendo error: al poco tiempo empezaron las diferencias, las peleas, las distancias y las acusaciones. El final resulto previsible. No podían seguir juntos después de tanto problema. Ella lo lloró un buen tiempo, pero ahora, si puede, lo defenestra. Del amor al odio...