Lizy Tagliani fue una de las invitadas de honor en el regreso de Andy Kusnetzoff a PH, Podemos Hablar. Ante la consigna sobre quiénes sufrieron bullying, Lizy contó: “No me daba cuenta las situaciones que estaba pasando. Era conmigo pero era con todos, con el pobre, con el rico, con el gordo y con el flaco (…). Yo también fui muy discriminadora”.
Y confesó: “Yo tenía mucha vergüenza, no por mi sexualidad porque siempre fui muy libre gracias a mi mamá y a su marido, a todos los papás que tuve. Me daba vergüenza ser muy pobre en un momento. Mi mamá de daba vergüenza, es lo que más me angustia de grande. Yo lo sané, lo hablé con ella. Yo tenía vergüenza porque era gordita, pobre, porque trabajaba de mucama. Yo conectaba con nenes que tenían otra realidad y a mi mamá la negaba. Puse la foto en la carpeta de una patrona de mi mamá y decía que era ella”.
“Yo no me daba cuenta lo que sucedía con el bullying. Para mí era normal que mi mamá calentara agua caliente en un tarro de aceite para bañarme", contó Tagliani.
“Yo creo que desde los 18 años no hago más que castigarme con eso. Cuando reacciono a todo lo que hizo por mí… dejó su provincia, se vino a Buenos Aires sin saber a dónde iba a ir. Ella amaba Chaco. Dejó todo eso por mí. Y yo ser tan desagradecida me cuesta. Hoy la admiro”, relató emocionada.
“Yo no me daba cuenta lo que sucedía con el bullying. Para mí era normal que mi mamá calentara agua caliente en un tarro de aceite para bañarme. Todas esas cosas hizo mi mamá. Yo fui más bullinera que bullineada. Recibí de una sola persona que era mi mamá, el amor más grande. Yo siempre quiero ser el orgullo de mi mamá. Yo le hice un muro a la casa y le puse agua caliente y era un logro. Donde mi mamá esté, sé que es un orgullo”, dijo Lizy al borde del llanto.