Nico Occhiato se lesionó y terminó inmovilizado. Con ansias de volver a jugar al fútbol y compartir un partido con amigos, hizo un mal paso y se esguinzó. Amante del fútbol, de Boca Juniors el club de sus amores -y del Seleccionado Nacional, también– y de compartir los noventa minutos que lleva un partido con los mismos amigos con lo que lo viene jugando hace veinte años, el destino le “jugó una mala pasada”.
Nicolás la “pifió” en uno de sus movimientos y su tobillo se lo hizo sentir. Tuvo que suspender lo que iba a ser un encuentro en su vuelta a la cancha para recuperarse en la intimidad del hogar, palangana de por medio. En sus redes sociales, Occhiato suele compartir momentos con su familia, sobre todo con sus abuelos que se transformaron en sus “personajes virtuales” como así también cosas que le pasan a él.
Y esta vez, foto de parte de su pierna de por medio y de su pie derecho -donde tiene cinta roja contra la “envidia”-, mostró cómo quedó su pie, completamente hinchado a consecuencia de lo sucedido, por lo que necesitará asistencia de su padre, el soprano que hizo cantar en su propio programa.
En una segunda imagen, a través de sus historias de Instagram, Nico compartió el método casero utilizado de urgencia para bajar la inflamación, con su extremidad inmersa en el agua con hielo. “Cuando querés volver al fútbol y terminás así”, se autobromeó el ex de Flor Vigna, quien sorprendió con un cambio de look a la moda.
Claro, un mal paso lo da cualquiera, sobre todo si hace tiempo que no se practica un deporte aunque sea por hobby. Lo que resta esperar es que la zona se termine de desinflamar y que el dolor empiece a cesar con el correr de las horas y los días. Así puede volver a pisar con tranquilidad y, próximamente, correr otra vez atrás de la “redonda” con la meta clara de hacer alguno -o varios- goles, que gratifiquen el alma.
Por el momento, para el conductor lo mas recomendable es el reposo para que no se esfuerce su pie y esperar, sentado, a que pase el mal momento y la bronca porque este tipo de accidentes suelen complicar el cotidiano, y no dejan patear la número cinco.
